"Un escritor no solo vive de la inspiración: detrás hay reflexiones"

LUZ GABÁS. ESCRITORA

La aragonesa mantuvo ayer un encuentro con sus lectores

Su novela 'Palmeras en la nieve' fue llevada a la gran pantalla en 2015 y cosechó un gran éxito en la taquilla

La escritora Luz Gabás. / José Ángel García
Merce Moreno

02 de abril 2017 - 02:34

Córdoba/Los argumentos de sus tres novelas lo confirman: Luz Gabás imprime a sus obras un componente significativo de emociones a flor de piel y romanticismo. Con su última obra, Como fuego en el hielo (Planeta), traslada al lector a la España del siglo XIX con una historia de amor y superación. Ayer visitó la feria en un encuentro con lectores.

-¿Por qué decide una escritora ser alcaldesa de su pueblo?

-Yo no era escritora aún, era una vecina más con ganas de hacer cosas. Acababa de terminar Palmeras en la nieve y era el momento. Me presenté por una serie de circunstancias, por pactos y demás, y salí elegida durante cuatro años.

-¿Cómo se inspira para escribir?

-Un escritor no solo vive de la inspiración, detrás hay un trabajo de lecturas y de reflexiones. Llega un momento en el que deseas plasmar tu sabiduría existencial. A partir de ahí, eliges el formato: novela, ensayo... En mi caso fueron la novela y la ficción.

-¿Tiene algún referente literario? ¿Algún libro que le haya cambiado la vida?

-Muchos, porque desde pequeña leía continuamente. Me han influido algunos escritores anglosajones, especialmente los románticos del siglo XIX. Escritores de cabecera tengo varios. Siempre me han gustado Samuel Beckett, que escribía teatro y novela; las hermanas Brontë; también los americanos, James Fenimore Cooper (El último mohicano), Emerson, cuando hablaba de la vida en los bosques, John Steinbeck con Las uvas de la ira, etc.

-En qué medida se implicó en el rodaje de Palmeras en la nieve? ¿Le gustó el resultado?

-No me impliqué mucho, pues no era mi trabajo. Hablé con el guionista tres o cuatro veces y me gustó cómo tradujeron mis palabras al lenguaje de las imágenes. Soy amante del cine, y poder ver todo el proceso de rodaje me hizo aprender mucho del sistema de grabación. El director es como un sastre: todo son retazos, hasta que, de pronto, sale un traje. Más allá de que podamos hacer un comentario de texto sobre cómo fue esa traducción, a mí me gustó, captaron la esencia, la historia que yo contaba. Es cierto que no podían salir todos los personajes, algo que no es posible en el cine. El hecho de que haya más o menos escenas corre a cargo de la interpretación del director.

-¿Por qué la mitad del siglo XIX y no otra época para contextualizar Como fuego en el hielo?

-Las tres novelas que he escrito surgen de una idea inicial, que luego se pone en cuerpos (personajes) y en escenarios. En Palmeras en la nieve, esa idea era la identidad, el quién soy yo. En Regreso a tu piel, la muerte y la rebeldía romántica de que la muerte no es el final. En el caso de Como fuego en el hielo, el tema central eran las decisiones que tomamos en la vida. A partir de aquí, busqué el contexto, que debía ser muy concreto y especial. La España del Romanticismo es un hervidero, un momento muy romántico por las pasiones políticas, los cambios, los emprendedores que inician negocios en un país que aún era pobre... Como fuego en el hielo es un homenaje al Romanticismo, y en esta novela tenía claro que el cuándo tenía que ser un momento de cambio, momentos que siempre son muy enriquecedores, y muy romántico. La verdad es que no sé si son temas que busco yo o me buscan ellos a mí.

-¿Cómo está acogiendo el público la novela?

-En mes y medio vamos por la cuarta edición. Estamos todos muy contentos: editores, la editorial, distribuidores, los libreros, mis lectores, mi familia, mis amigos, yo misma..., por ese orden. Esto significa que la gente lee, comenta y se recomienda libros, que es algo que hago yo. Y que eso lo hagan con una novela que es tuya, siempre gusta.

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