A la espera del Salón Rico
Aniversario
Medina Azahara cumple un año como Patrimonio Mundial de la Unesco con un aumento importante de visitas y con la asignatura pendiente de mejoras que parece que nunca llegan
Medina Azahara cumple este lunes un año con un título de Patrimonio Mundial que le ha dado un impulso decisivo en el aumento de las visitas y en su promoción turística. Es evidente que el conjunto arqueológico hoy en día es más conocido que hace un año y que más turistas se interesan por él. La prueba está en los datos de visitantes: 315.980 desde julio de 2018 a junio de 2019 frente a las 204.162 del mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, la ciudad palatina no ha percibido el impulso que las administraciones –sobre todo la Junta de Andalucía, que tiene la gestión del yacimiento– se comprometieron a darle si conseguía este reconocimiento por parte de la Unesco. Uno de esos flecos es la restauración del Salón Rico.
La estancia más importante de Medina Azahara permanece cerrada al público desde 2009 después de que el anterior gobierno de la Junta hiciera varios anuncios de que su restauración estaba cercana.
Tan solo había que hacer los trámites administrativos para la firma de un convenio con la World Monuments Fund, que invertiría unos 1600.000 euros en la segunda fase de los trabajos de recuperación del Salón Rico.
En todos estos años solo ha habido una apertura extraordinaria (a finales de 2018) con visitas guiadas para unos pocos privilegiados que pudieron conocer qué trabajos se estaban realizando en ese momento en el también llamado Salón Oriental o de Abderramán III.
El comienzo de la restauración de los atauriques está previsto para el próximo otoño, pero poco más se sabe sobre plazos para la reapertura de este espacio.
Pero aún hay más proyectos pendientes: la plantación de una pantalla vegetal que aísle al conjunto arqueológico de las parcelaciones de su entorno, la ampliación del servicio de autobuses, el arreglo de la carretera que sube hasta la ciudad palatina (que pertenece a la Diputación Provincial) o la mejora de la accesibilidad.
Esto último implicaría un cambio en el orden de la visita al conjunto arqueológico, de forma que el recorrido comenzaría por la puerta principal de la ciudad y no por la parte trasera del palacio, como se hace actualmente. Al menos ese era el plan del anterior gobierno de la Junta.
Otro de los proyectos pendientes es la realización de un plan director que recoja las necesidades del conjunto arqueológico e incluya un calendario de inversiones para que sea posible intervenir en más espacios del yacimiento. Ese era otro de los compromisos que la Junta adquirió con el título de Patrimonio Mundial, pero del que tampoco se sabe nada.
Cifras de récord
El dato positivo lo ponen las visitas. El conjunto arqueológico ha recibido un 54,77% más de turistas en el año que ha transcurrido desde que fue declarada por la Unesco Patrimonio Mundial, el 1 de julio de 2018, con lo que alcanza este lunes el primer aniversario de esta efemérides habiendo recibido un total de 315.980 visitantes.
Entre el 1 de julio 2017 y el 30 de junio de 2018 fueron 204.162 personas las que visitaron esta antigua ciudad califal del siglo X, mientras que, a partir de su declaración, el 1 de julio 2018, y hasta el pasado lunes 24 de junio, ha recibido los mencionados 315.980 visitantes, lo que supone un incremento de 111.818 visitantes.
Pero es que, además, en el primer semestre del presente año, la antigua ciudad palatina ha recibido, en concreto entre el 1 de enero y el 24 de junio de 2019, un total de 159.083 visitantes, lo que supone un incremento de 43.196 visitantes con respecto al mismo periodo de 2018, en el que 115.887 personas visitaron la ciudadela califal.
Al respecto de estos datos, el delegado del Gobierno andaluz en Córdoba, Antonio Repullo, ha expresado su “satisfacción” con que el año transcurrido desde la declaración del conjunto arqueológico como Patrimonio Mundial “se ha traducido en un éxito constante en cuanto a difusión, promoción y número de visitas, lo que engrandece aún más a Medina Azahara y nos hace sentirnos plenamente responsables a la hora de gestionar de la mejor manera el conjunto arqueológico y trabajar por un futuro prometedor e ilusionante”.
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