"Estoy en espíritu y sentimiento en la etapa de modernidad de mi época"

Juan Serrano

El arquitecto, que continúa la línea de investigación artística iniciada por Equipo 57, inaugura mañana en la sala Orive y en Vimcorsa una exposición que recoge una selección de esculturas, pinturas y diseños

Juan Serrano, junto a una de sus esculturas en la sala Orive.
Ángela Alba / Córdoba

13 de abril 2011 - 05:00

Juan Serrano no es un artista dado a exhibir su obra. De hecho, la primera vez que mostró sus creaciones de forma individual fue el pasado año en el Casino de la Exposición de Sevilla. Ahora, el ex integrante de Equipo 57 acerca a Córdoba esta muestra, en la que refleja que ha continuado experimentando con el espacio, las formas, materiales y colores. La sala Orive acoge una selección de sus esculturas, mientras que sus pinturas y diseños estarán en Vimcorsa.

-Usted no es muy propenso a exponer su obra. ¿Qué lo ha animado a ello?

-Es un caso especial. Tuve una época más ligada a la creación con Estudio 57 y después estuve ejerciendo como arquitecto. Mi vuelta al arte no ha sido como un acto premeditado, sino que han sido las circunstancias las que me han llevado a reproducir una parte de mis creaciones a mayor tamaño. Los bocetos son algo que haces como ejercicio de experimentación más íntimo, pero en cuanto eso adquiere la categoría de obra por el tamaño y el material, entonces ya no es un patrimonio que tú manejas y que está en tus estanterías y tus almacenes, sino que pasa al dominio de otros. Y los otros de alguna manera opinan y te dicen que debes exponer, que la obra debe ser conocida.

-¿Por qué no le gusta mostrar sus creaciones?

-No es un problema de gusto. Creo que la gente trabaja porque tiene que realizarse como artista. En eso influye mucho la edad. El mecanismo es meterse en una galería y hacer que su obra sea conocida porque realmente viven de ella. Esa fase no ha estado en mi panorama. Mi etapa de más interés por la investigación se realizó cuando estaba en el Equipo y me sentía muy bien, era coherente con mi manera de pensar, no como artista subjetivo, endiosado, autor que tiene que ser conocido en su individualidad para ser famoso... La necesidad de ser importante tiene una traducción en cuanto a la versión económica. Yo estoy fuera de ese circuito de galerías pero hay otras personas que piensan que se debe conocer mi obra. Pero yo no tengo necesidad porque esa etapa la he recorrido ya hace muchos años. Luego estuve como arquitecto, que también me gustaba, con la labor de preservar el patrimonio histórico. Pasé de una actitud moderna y de vanguardia a una actitud de conservar el arte que ya estaba hecho de otros tiempos. Es una dualidad de empalmar lo antiguo con lo moderno, que yo creo que tiene bastante sentido porque hay que saber que no todo lo antiguo por el hecho de ser antiguo tiene valor. Por ejemplo, en Córdoba hay muchas cosas que merecen la pena y hay que luchar por conservarlas y otras que no. Hay una diferencia entre el espíritu conservador y el enjuiciamiento desde el punto de los valores artísticos, históricos y estéticos. Y así, desde una visión moderna, se puede entender perfectamente el arte antiguo.

-¿Qué lenguaje utiliza en sus obras?

-Éstas están todavía dentro del espíritu de investigación del Equipo 57, eso no ha cambiado. Me siento no sólo deudor del Equipo, sino que esto es lo que él hubiese desarrollado en una etapa inmediatamente posterior: una investigación quizás más a fondo de determinadas cuestiones saliendo del ciclo de aplicar la teoría de la interactividad excesivamente rigurosa. La salida de eso representa lo que hice a nivel personal. Pero creo que estoy en espíritu y en sentimiento en la etapa de modernidad de mi época, no me considero un arquitecto neomoderno. A veces los neomodernos intentan superar lo moderno pero hay etapas que no está claro si están superadas o no. De cualquier manera, no estoy en la modernidad actual, sino en la de mi época. La diferencia es que los neomodernos superan los conceptos de la modernidad porque están en otro momento, porque enlazan con las nuevas tecnologías. Ahora se vive en el mundo de la informática y de lo virtual y hay una distancia enorme con el pensamiento en el que las formas todavía son tangibles y físicas.

-¿Todo es arte?

-Todo se puede considerar arte. El arte es para mí una actividad que proviene de la capacidad del hombre para jugar con los colores, con las formas, con las proporciones, las cantidades, combinaciones... En un sentido muy amplio, arte es todo lo que está hecho con la intención de superar lo que hay, de introducir un elemento cualitativo a nivel perceptible. Por ejemplo, los colores no se ponen de cualquier manera porque son dialécticos, tienen intención. Siempre hay un juego, por lo menos de dos, como el bien y el mal, la tierra y el cielo o la noche y el día. Esa combinación de la dualidad permite hacer un juego.

-¿Continúa experimentando con esos juegos?

-Por supuesto, para mí el arte es eso fundamentalmente. Y a ese nivel, como en el Equipo, experimentando una dinámica de la forma o el color tanto en dos como en tres dimensiones, por eso yo a las esculturas les pongo color.

-¿Qué posibilidades le ofrece el arte?

-Siempre es un medio de expresión, un deseo de comunicarnos, de interrelacionarnos y establecer una confidencialidad o un compromiso de relación a través de la obra con el que mira. Siempre nos dirigimos a alguien, no pintamos para nosotros. Y aunque no se diga, uno siempre está pensando en algo o alguien.

-¿Y a quién se dirige usted?

-Al que mira, a esa persona que es capaz de meterse en una obra e intentar entenderla, que le diga algo. Las obras insinúan cosas que pueden entenderse de muchas maneras y cada persona puede sacar una conclusión distinta. Normalmente cuando la obra es más abierta también es más arte porque cierra mejor el ciclo entre el autor y el observador. Sin embargo, el arte más cerrado, más acabado, deja muy poco margen a la ilusión.

-¿Cómo ve a los jóvenes creadores?

-Lo mismo que a los viejos. Hay diferencias de experiencia técnica pero en capacidad expresiva es lo mismo.

-¿Echa de menos la época de Equipo 57?

-En cierta forma entendíamos mejor ese mundo. El momento actual a mí se me escapa un poco. Hay bastante distancia en cuanto a lo que ha pasado con las nuevas tecnologías, el pensamiento globalizado, el tiempo real y virtual, los nuevos soportes... Ahora los materiales y soportes se han hecho inmateriales pero posiblemente los mensajes y la necesidad de comunicación sean los mismos. Pero de alguna forma los medios influyen en la manera de pensar. Por mucho que yo quiera, mi manera de hacer me resulta más fácil que ponerme ahora a ver por dónde van los hitos del arte actual.

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