El fotógrafo del siglo XX
Se cumplen cien años del nacimiento del considerado padre del fotoperiodismo, el francés Henri Cartier-Bresson
"El fotógrafo del siglo", así se llegó a conocer al cofundador de la legendaria agencia fotográfica Magnum, Henri Cartier-Bresson, de cuyo nacimiento se cumple ahora el primer centenario.
Considerado por muchos como el padre del fotoperiodismo, Henri Cartier-Bresson llegó al mundo tal día como hoy, un 22 de agosto, de 1908 en Chanteloup-les- Vignes, en los alrededores de París. Su familia, perteneciente a la burguesía francesa, se dedicaba a la industria textil, pero el joven Henry se mostró desde muy pequeño enamorado del arte, en buena parte gracias a la influencia de su tío pintor al que más adelante el fotógrafo se referiría como "padre mítico".
Estudió pintura con André Lhote y se convirtió en un asiduo de los círculos surrealistas del París de los años veinte en los que tanto se significaron personajes como Rene Crevel, Max Jacob, Salvador Dalí, Jean Cocteau o Max Ernst. Años después el fotógrafo confesó que en aquella época estuvo muy influenciado "no por la pintura surrealista, pero sí por las concepciones de Andre Breton, que me hizo comprender el papel de la expresión espontánea, de la intuición y, sobre todo, de la necesidad de rebelarse".
Durante esta etapa comienza también a interesarse por la fotografía y los viajes. En 1929 viaja a Camerún, donde se ganaba la vida matando animales salvajes para luego venderlos en los mercados, y fue precisamente en África donde tomó muchas de sus primeras instantáneas con una máquina Krauss que había comprado de segunda mano y que pronto cambiaría por su inseparable Leica, adquirida gracias a la venta del reportaje de su periplo africano.
El propio Cartier-Bresson confesaría años después que tras aquel viaje a África, "el aventurero que hay en mí se sintió obligado a dar testimonio, con un instrumento más rápido que el pincel, de las cicatrices del mundo".
Desde África hasta América y por toda Europa, el fotorreportero viaja por todo el mundo fotografiándolo, pero también realizando espléndidos documentales. De hecho, su maestría con la cámara cinematográfica le llevaría a ser asistente del cineasta Jean Renoir y a firmar documentales como el que en 1937 realizó sobre los hospitales de la España republicana titulado Victoria de la vida; el de 1938 sobre la Guerra Civil española que tituló España vivirá; o el dedicado al regreso de los prisioneros de la Segunda Guerra Mundial, El retorno, que realizó en 1945. Un tema que conocía muy bien puesto que él mismo, alistado en la unidad de fotografía y cine del ejército francés, fue hecho prisionero por los alemanes en 1939 y sólo consiguió escapar tres años después para regresar a París y unirse al movimiento de ayuda a prisioneros y evadidos.
Bajo la bandera de Magnum, Cartier-Bresson continuó viajando durante los últimos años cuarenta y primeros cincuenta por Asia a través de Pakistán, India, Birmania, China e Indonesia.
"Mi guía no paraba de reírse porque no comprendía por qué hacía fotos a todo lo que veía. Probablemente no sabía que gracias a la fotografía he aprendido a vivir, porque ella me ha enseñado respeto y tolerancia", escribiría mas tarde el fotoperiodista.
Retrató a infinidad de personajes célebres como Pablo Picasso, Henri Matisse, Marie Curie, Edith Piaf, Fidel Castro o Ernesto Che Guevara y durante la década de los cincuenta y los primeros sesenta continúa trabajando frenéticamente.
En 1974 decidió colgar definitivamente su legendaria Leica para dedicarse por entero a su otra pasión, la pintura. "Todo lo que deseo ahora es pintar. La fotografía nunca ha sido otra osa que una manera de pintar, una especie de dibujo instantáneo", declaró entonces el artista. En el año 2000 funda junto a su esposa, la también fotógrafa Martine Frank, la Fundación Henri Cartier-Bresson para recopilar y custodiar lo mejor de su obra. Falleció el 2 de agosto de 2004.
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