La guitarra ninguneada
Tomatito muestra las cualidades que lo definen como uno de los grandes artistas flamencos. Muchos asistentes permanecieron ajenos al concierto.
Tomatito salió puntual a la plaza de la Corredera, lanzando besos en su segunda Noche Blanca del Flamenco (inauguró la edición de 2012), y ofreció un concierto centrado en su obra más reciente, acompañado por Tomatito Hijo (guitarra), Kiki Cortiñas (voz), Mariángeles Fernández (voz), David Paniagua (baile) y El Johny (percusión). Cada cita con Tomatito tiene una vibración especial. Su guitarra, de latido añejo y visión amplia, acuña una paisajística sonora en la que es placentero perderse.
Un hermoso concierto pero muy difícil de disfrutar. En la Corredera había menos gente que otras veces pero el nivel de desatención hacia el espectáculo fue de los mayores que recordamos. Desde los márgenes se percibían capas y capas de gentes abismadas en sus ocios, sus vasos, sus risas, sin el menor interés por lo que acontecía en el escenario. Se ha constatado con el paso de los años una paulatina retirada del público maduro de la Noche Blanca, sobre todo en espacios como la Corredera, de mayores reminiscencias festivas. Y muchos jóvenes quedan allí porque el foco está allí, quedan para el roneo, el botellón, el desparrame y la foto con el escenario detrás. A pocos metros del acontecimiento artístico, un tránsito de perforadores (y perforatrices) de la noche que apagan con sus gritos el gemido de la guitarra. Una guitarra prodigiosa pero herida, ninguneada, invocando vanamente en la madrugada el indescifrable código de su raíz, reclamándose melancólica y combativa, con momentos de intimidad que quedaron tristemente disueltos en la coreografía disfrutona de la muchachada.
Y en las pasarelas de la confusión, alguna pregunta entrañable: "¿Dónde canta Juanito Valderrama?".
Hicieron el Romance de Curro el Palmo, que tantos éxitos ha dado a Serrat ("Ay, mi amor, / sin ti no entiendo el despertar, / ay, mi amor, / sin ti mi cama es ancha") y que forma parte del primer disco de Mariángeles Fernández, Mírame, producido por José Miguel Carmona. El almeriense del barrio de la Pescadería exhibió sus recursos de titán de la guitarra, anudando el vigor y la sensibilidad, la sabiduría y el riesgo. Esperamos pronto reencontrarnos con él. En el Gran Teatro.
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