Más que libros: las librerías cordobesas impulsan la actividad cultural
Cultura
Cuatro libreros abren la puerta de sus establecimientos para organizar eventos de todo tipo y acercar la lectura a los ciudadanos
Presentaciones, clubes de lectura, cursos o juegos dan forma a programas que intentan potenciar a los autores locales
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Córdoba/Las librerías son mucho más que establecimientos donde se vende literatura. Han sido siempre espacios para compartir ideas, para hablar sobre libros, o el lugar en el que recibir una buena recomendación, donde se reúnen los amantes de las letras. Pero en los tiempos del comercio online y del libro electrónico, muchas de ellas han dado un paso más allá convirtiéndose en epicentros de la actividad cultural de la ciudad, lugares en el que se organizan presentaciones de las novedades literarias, lecturas poéticas, cursos, clubes de lectura o donde tomar una copa de vino mientras se disfruta del autor favorito.
En este camino se encuentran algunas de las librerías de la provincia de Córdoba, que se van transformando y creciendo poco a poco. El Día se asoma a cuatro de ellas para conocer su actividad y cómo ven los libreros el futuro del negocio.
La Inaudita
“La Inaudita es como un pollito saliendo del cascarón, necesita de esfuerzo y cuidado”
La Inaudita es un proyecto que sobresale en la actualidad sobre la promoción cultural cordobesa. Nació gracias a tres vértices, Juan Luis Piqueras, José Manuel Ruiz Torralbo y Elena Moreno Reyes, que destacan que tiene “un componente social y componente cultural muy potentes”.
Este proyecto está forjado en una idea que trasciende los muros del “más allá del libro” y que sus ideólogos denominan reciclatura: reciclar literatura. Un espacio abierto y original que recibe con los brazos abiertos a su público, ya sea para disfrutar de un café en un ambiente cultural o quien acuda a realizar las donaciones de los libros. Además, también están abiertos a recibir ideas para adjuntarlas a su calendario de actividades, que han sido muy fructíferas en su primer año de vida.
Según cuenta Juan Luis Piqueras, “teníamos claro que queríamos trabajar el libro de segunda mano, no queríamos libro nuevo”, de ahí el concepto de reciclatura. En La Inaudita se puede hablar de poesía, de literatura fantástica o disfrutar de un micro abierto. Además, los precios en este establecimiento son “de derribo”, un precio asequible dedicado a las personas que devoran historias. “Está hecho para que la gente joven pueda tener su pequeña biblioteca privada”. “Tenemos mucha gente joven en el lado de la compra. En el lado de la donación, nos entran libros por la vía de aquellos que no les cabe ni un libro más en su casa y que creen en el proyecto”. Incluso, destacan, gente comprometida que dona y compra libros porque cree en la circularidad de esta librería. “Lo que pretendemos a través de La Inaudita es vivir dignamente de la cultura de manera profesional, pero también potenciar la cultura en su más amplio sentido, y que haya un retorno a la sociedad. La cultura del libro, el arte, la fotografía y la música son necesarias en una sociedad sana”, añaden los fundadores.
Respecto a sus eventos, en su primer año de vida han organizado más de cien eventos culturales. “Intentamos programar siempre con muchísima calidad e intentando el máximo impacto posible, este año hemos cerrado la temporada con 112 actividades”.
Uno de los objetivos de esta librería es potenciar la labor de artistas emergentes.“Calidad no es sinónimo de carrera consolidada, es calidad. Uno de nuestros fines es potenciar el talento. Nos gusta hacer programas y dejarlos en manos de alguien que sepa lo que tiene entre las manos”, comenta Piqueras respecto a sus colaboraciones
¿Cuáles son los retos de La Inaudita? Los entrevistados lo tienen muy claro. “Hay varios retos. Uno es derribar la frontera que hay en las tres plazas principales de la ciudad. Pretendemos que haya mucha gente de la que se mueve en las Tendillas y más allá que venga aquí. Lo estamos consiguiendo poco a poco a través de la programación, y nos dicen “yo no bajaba casi nunca por aquí”. Luego, otro de sus retos es “conseguir un poco de músculo para poner en carga el sótano. Ahí queremos tener un laboratorio revelador de fotografía analógica y un laboratorio de ideas”.
Respecto al futuro, Juan Luis Piqueras declara que “dentro de cinco años nos vemos con la librería funcionando bien, si somos capaces de reciclar 50.000 libros al año, mejor. Veo literatura, veo música, veo consolidar los programas”.
Aunque estemos frente a una librería que actualmente está arrasando con su programación, sus fundadores nos confiesan que aún queda mucho por ver. “Tienes que darte cuenta que La Inaudita es como un pollito saliendo del cascarón, es un organismo frágil que necesita de muchísimo esfuerzo y de muchísimo cuidado. Ahora mismo es algo que está emergiendo. La respuesta del público cordobés está siendo inaudita”, concluye.
La República de las Letras
“Estamos poniendo un granito de arena para dinamizar la lectura”
Toca el turno de adentrarse en La República de las Letras. “Mi librería es una librería literaria, no tenemos papelería ni libros de texto, es una librería de lecturas, ensayos, ficción, viajes, política, de muchos géneros”. En este establecimiento dedicado al pleno arte de las letras, encontramos un espacio diáfano perfecto para que la literatura tome protagonismo y pueda disfrutarse en estado puro. Desde que Sonia Casado se quedó con el traspaso de este local pensó que era una excelente idea crear una agenda de eventos. Unos eventos que se han fusionado con el negocio y que son uno más del establecimiento.
“Estamos usando ese espacio y ofertando eventos, desde presentaciones hasta cursos. Dejamos el espacio para que haya clubes de lectura, para poder refugiarse y hablar sobre temas, hacemos un montón de cositas. Estamos poniendo un granito de arena para dinamizar la lectura”, destaca.
Para Casado su negocio “es precioso, es como describir a tu hijo. Es un espacio donde la gente se siente a gusto y sienten que pueden aprovechar su tiempo aquí sin agobios. Mirando tranquilamente. Es un espacio agradable y bonito”. Describe su librería como un entorno de refugio, donde el tiempo se para y puedes estar tranquilo mientras eliges tu próxima lectura.
Muchos amantes de la poesía se reúnen en este establecimiento para disfrutar de este género literario, aparte de aficionados a otros géneros. “En Córdoba hay mucha gente con afición a la poesía, mucha gente me viene preguntando por ese género e incluso me felicitaron por el volumen que teníamos”.
Lo que también se vuelve a vivir desde muy cerca es el trato con el cliente. Otro de los hechos a destacar en estos negocios es la entrega del dependiente, que hace de cómplice en la búsqueda de una nueva historia para el lector. Esta conexión también entra en juego en la creación de la agenda de eventos. Funciona mucho la gente que se interesa por estas citas literarias y aporta sus ideas.
“La lectura es el mejor pasatiempo posible. La imaginación cuando no hay soportes visuales ni auditivos y eres tú con las palabras, es la imaginación al poder, quien no lo fomente ya está tardando. Es muy bonito sentarte y empezar a construir esa imagen y ese sonido. Todo lo que ese autor se ha comido la cabeza para poderlo transmitir. Me parece un regalo por parte de los autores que los lectores debemos de agradecer”, concluye.
Librería Luque
“Apostamos por la cultura de la tierra”
Llega el turno de una librería centenaria, conocida por todos en Córdoba. Una librería que ha sido la guía de muchos años tras años, la Luque. Andrés Alonso recuerda su historia: “Son 105 años de tradición y abiertos en Córdoba. Al fundador, Rogelio Luque Diaz, natural de Priego, lo fusilaron en la guerra civil y su viuda continuó con el legado. Yo llevo 46 años aquí. Anteriormente, mi madre, hermanos, abuelos, y no soy Luque”.
Una tradición centenaria en un mundo muy distinto al que se encontró esa primera librería, “un mundillo este del libro que está hoy en día tan difícil” debido al vuelco hacia la venta online. “Esa es una de las consecuencias. Al principio, creíamos que nos iba a afectar más el libro electrónico, pero de momento no es un artículo al que haya que tenerle miedo”.
Alonso defiende un negocio de carne y hueso, “el trato directo, recomendar libros para regalar. No es ahora me pongo a mirar por internet y compro lo primero que pille.. Hay que leer mucho para poder recomendar. Nosotros no ponemos trabas, damos todas las facilidades del mundo. No necesitamos ni ticket, ya están los ordenadores que se acuerdan de lo que has vendido”.
Respecto a los eventos que se llevan a cabo en esta librería, “son los propios autores los que vienen a presentar los proyectos. Ha habido veces que nos hemos juntado con tres eventos, uno aquí y dos fuera, porque también cubrimos eventos de fuera”. En ellos destacan las presentaciones de autores locales. “Nosotros apostamos por la cultura, por la cultura de la tierra a ser posible”, asegura.
“Gracias Dios, aparte de tener los clientes de toda la vida, la gente joven está empezando a concienciarse de que leer es bueno y que comprar los libros, también. Está saliendo mucho libro para la gente joven”, explica Andrés Alonso. Tras más de cuarenta años entre libros describe de esta forma su oficio: “Es pasión, es venir con ilusión día a día”.
Crash Cómics
“Queremos que Crash sea una especie de marca cultural”
Su escaparate es adictivo. En este establecimiento no solo hay cómics, se puede apreciar una gran cantidad de juegos de mesa, figuras, funkos, merchandising de películas conocidas. Toca hablar del cómic y, en concreto, de Crash Cómics. Una librería especializada que en 2025 cumplirá 20 años y que, como cuenta Gabriel Soriano, se ha convertido en una marca cultural que lleva un par de años participando de forma activa en la promoción de la cultura. El establecimiento tiene un sala dedicada a los eventos, entre los que encontramos presentaciones o juegos de rol.
“Tenemos todo tipo de comics, todo lo que se publica en España, tipo superhéroes, pero también cómics más underground”, describe Soriano. Una historia que comenzó en un local de apenas 10 metros cuadrados. “A veces la gente monta negocios con el único objetivo de ganar dinero. Para mí, mi objetivo es autoemplearme y hacer el sitio que yo quiero. Yo soy un aficionado a esto desde que soy chico. Siempre lo que he pretendido es hacer el sitio que yo quiero”.
“En 2022, nos fuimos a la tienda de al lado. Nos pasamos a un local de más de cien metros y en la planta baja instalamos una sala para eventos. Es una de las cosas en las que durante estos años nos hemos esforzado un montón, en hacer una programación cultural alrededor de los temas que trabajamos, sobre todo del cómic. Muchas presentaciones, charlas, talleres. También hemos hecho jornadas de juegos tanto de mesas como de rol, también campeonatos”, explica.
Pero esto no es todo, “hemos hecho muchísimos eventos de presentaciones de cómics. Tuvimos a Ana Peña, premio nacional, hizo una charla sobre el género y el feminismo desde el cómic”. Un esfuerzo que ha convertido a este proyecto en algo que va más allá. “Mi idea es hacer que Crash no solo fuera un librería sino que Crash fuese una especie de marca cultural”. Ahí entra también la edición de cómics, como “uno de una chica que se llama Lache. Crash no solo va de vender cosas”.
Soriano ha tenido la oportunidad de dar lugar y reivindicar la figura de los autores cordobeses en el mundo de los cómics. “Ponemos mucho empeño en que se vendan las obras de autores cordobeses. Tenemos a Andrés Leiva, que es un autor de cómics que ha publicado en la mejor editoriales de España, es un dibujante extraordinario y lo tenemos aquí. Tenemos a Raúlo Cáceres que ha trabajado con los mejores guionistas americanos. Mola reivindicar lo de aquí y es rentable, intentamos esforzarnos para que se consuma y la gente conozca lo que se hace Córdoba”.
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