"No hay nada más maravilloso que vivir de algo que te apasiona"

Vega. Cantante

La artista presenta mañana en Córdoba su nuevo disco, 'Wolverines', una colección de canciones que constituye un paso más en su proceso de maduración musical y personal

Vega, en busca de la independencia.
Alfredo Asensi Córdoba

20 de febrero 2014 - 05:00

Wolverines es el quinto disco de Vega. Publicado en el sello discográfico que puso en marcha el pasado año, La Madriguera Records, exuda autenticidad. En su búsqueda de la independencia, Mercedes Mígel Carpio (Córdoba, 1979) ha iniciado una nueva etapa cuyos primeros frutos mostrará mañana (22:15) en la sala Rockola Music Club, con las entradas ya agotadas.

-Un disco que transmite libertad y un sentimiento de afirmación personal...

-Sí, es eso, no solo por las canciones sino por la forma en que se ha hecho y se ha sacado al mercado, con un sello propio. Las canciones rezuman, en las letras y en la inspiración, esa sensación de libertad total, de sacar un disco al mercado y decidirlo todo libremente, y eso te da felicidad. En las canciones se traduce esa necesidad de libertad y el hecho de haberlo conseguido.

-Y la conquista de construir una propuesta musical con una identidad propia...

-Claro, nadie va a venir a hacer por ti lo que tú esperas. Esperar sentado es complicado, es más desolador que otra cosa. Es mejor lanzar el mensaje de que, si quieres algo, lucha por ello y hazlo tú mismo.

-Es un disco con un componente animal muy acusado. ¿El lobo es el animal con el que más se identifica?

-Creo que sí, por varios matices que tiene; es tremendamente solitario por un lado pero, por otro, dentro de la manada se protegen y cuidan de la unidad. Me identifico con este animal porque corre bastante libre, va a su bola, por decirlo de alguna manera, pero sin perder de vista que pertenece a una manada.

-¿Sigue esperando a febrero?

-Ya no, eso ya está resuelto... Es una canción que hace referencia al mes en el que cumplo años, y conforme alguien cumple años va teniendo unas expectativas y decide o no esperar a que se cumplan. Lo que digo en esa canción es que dejé de esperar para tomar cartas en el asunto y salir a buscar lo que quería.

-Encontramos otros títulos como El alud, El funeral, La conjura de los necios... Mucha gravedad...

-Yo creo que en general mis canciones se caracterizan porque tienen letras bastante crudas, no hay paños calientes, digo las cosas tal y como las veo y las pienso, con una exposición muy grande al público, sin temores. Pero en todas hay una puerta abierta a la esperanza, aunque sea una frase al final. No hago canciones sin solución de ningún tipo. Incluso en La conjura de los necios no llegas a perder tú solo, pierden dos a la vez: no dejo nada sin una puerta abierta...

-¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha enseñado la música?

-Lo mejor es que no hay nada más maravilloso que vivir de algo que te apasiona y que llamas trabajo porque efectivamente te lleva muchísimas horas: le dedicas todo tu tiempo y toda tu vida. Pero es lo más parecido a dedicarse a un hobby de por vida. Me refiero a la parte de cantar, de componer, del escenario... De la parte de la industria, los mecanismos y los movimientos que hay que hacer para sacar un disco y llevarlo al mercado, la comercialización..., aprendí lo feo. Si quieres vivir de la música no puedes perder de vista que tienes que hacerla llegar al público, comercializarla, tener en cuenta que hay un componente empresarial que está alejado del arte y que hay que saber manejar: hay que estar muy espabilado para que puedas comer de tu trabajo.

-Desde su punto de vista, ¿cómo ha sido su evolución artística?

-Yo creo que la evolución es paulatina y tiene que ver con la madurez como persona. Mi primer álbum lo hice con 23 años, el segundo con 25... Y este con 34. Obviamente, los anhelos y los sueños que una persona tiene con 23 años no son los mismos que los que tiene cuando ha pasado de los 30. Ni las preocupaciones tampoco. Todo eso se refleja en las canciones.

-¿Cómo va el proyecto de La Madriguera?

-Es el proyecto más bonito que tengo entre manos. Wolverines no existiría sin La Madriguera. Como artista, como Vega, siempre hablo de mi disco, de Wolverines, pero en definitiva no es más que un paso dentro de un proyecto mucho mayor con el que he conseguido sentirme realizada y con el que aspiro a alcanzar nuevas metas, haciendo las cosas de una forma distinta porque entendemos que los tiempos han cambiado, que el público consume música de una forma distinta y tiene mucho que decir y mucho que ver en la interactuación con el artista.

-¿Cómo fue la experiencia de grabar con Raphael?

-Cualquiera que haya visto una actuación suya se lo puede imaginar. Es tal y como se ve, no hay trampa ni cartón: una persona con muchísima personalidad, mucho carácter, una sabiduría en cada cosa que dice, un saber estar... Entiendes por qué es un artista que lleva tantos años en el escenario, es único, para mí es un referente musical; yo quiero llegar a su edad encima de un escenario y que solo oyéndome cantar la gente sepa quién soy.

-¿Cómo es su relación con Córdoba?

-Es muy buena sobre todo con mi público, al que desafortunadamente tengo malacostumbrado a desplazarse a otras ciudades para verme, Sevilla, Málaga, Granada... Y es que llevo mucho tiempo sin tocar en Córdoba, siempre me ha costado encontrar un sitio donde hacerlo. En este concierto, nosotros somos la productora, es posible gracias a La Madriguera y al apoyo de Estrella Galicia. Hasta ahora parece que, siendo cordobesa, ir a tocar a Córdoba era una odisea. De hecho he tocado en toda Andalucía menos en Córdoba. Y ya no es solo la dificultad de encontrar el sitio: en diez años, con las actividades y ciclos que hay en Córdoba, nunca hemos estado ahí. Es una sensación rara pero a la vista está que no es un problema con el público, que siempre se ha desplazado, y además mis paisanos siempre se han hecho notar en los conciertos, se han gastado el dinero en comprar la entrada, en viajar a otra ciudad... Estoy muy agradecida a ellos y muy feliz de que, cuando por fin hemos encontrado una manera viable de venir a Córdoba, cuelguen el cartel de entradas agotadas.

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