Todos somos música

Apoyo a la formación cordobesa

Miles de ciudadanos responden a la llamada de la Orquesta de Córdoba y llenan la plaza de las Tendillas en el concierto de sensibilización contra la inestabilidad causada por los recortes presupuestarios.

1. Vista de la plaza de las Tendillas durante el concierto. 2. Parte de la Orquesta, con el coro detrás. 3. Los cinco directores que acompañaron a la formación cordobesa, al finalizar el programa. 4. Arcos y partituras de la sección de cuerda, con Luis Cobos a la batuta. 5. Manuel Ruiz 'Queco' interpreta el himno del Córdoba CF junto a la Orquesta 6. Cantores de Híspalis cantan 'A bailar' y animan al público a acompañarlos. 7. Diana Navarro se dirige a las Tendillas.
Ángela Alba Córdoba

06 de octubre 2014 - 05:00

"La música no se debe perder", por eso miles de personas acudieron ayer a la plaza de las Tendillas a la llamada de la Orquesta de Córdoba, que quiso sensibilizar sobre la dura situación económica que vive debido a los recortes de las instituciones que la sostienen: Ayuntamiento de Córdoba y Junta de Andalucía.

La respuesta fue masiva y ni el calor que hacía en las horas centrales del día, con el sol sobre las Tendillas y sin apenas sombras, hizo que miles de cordobeses y turistas apoyaran a la formación cordobesa, que ofreció un programa muy cercano y entretenido formado en una primera parte por música española y en una segunda por fragmentos de conocidas óperas.

El mensaje fue claro; "todos somos música", como coreó el público con las manos en alto al cierre del concierto animado por el director Luis Cobos, uno de los invitados más participativos y reivindicativos. Las Tendillas y sus alrededores se llenaron ayer de familias y grupos de amigos que disfrutaron de un mediodía diferente gracias a este concierto de sensibilización. El público -entre los que se encontraban el exdelegado de Cultura del Ayuntamiento Rafael Blanco y el exdelegado de Cultura de la Junta Joaquín Dobladez- se convirtió en cómplice de la Orquesta durante toda su actuación, desde el atrayente inicio con el tema principal de La guerra de las galaxias, de John Williams; hasta las sevillanas A bailar, de Cantores de Híspalis, que como su nombre indica incitaron a bailar a más de una joven.

Mientras tanto, los sudores empezaban a aparecer en forma de manchas en camisas y blusas y cualquier cosa era buena para taparse la cabeza y resguardarla algo del sol, desde un bolso hasta la cuartilla con el manifiesto en apoyo de la Orquesta que el sindicato CSIF repartió en las mesas situadas en los laterales de las Tendillas, donde además recogieron firmas de apoyo. "Tengo la espalda que parece las cataratas del Niágara", bromeaba un hombre mientras intentaba airearse la camisa. A su alrededor, decenas de mujeres movían con rapidez sus abanicos -las afortunadas que aún no lo habían sacado del bolso. Otras se arrepentían de haberlo dejado en casa porque "en las fechas que estamos quien se iba a imaginar que iba a hacer tanto calor".

El interludio y danza de La vida breve, de Falla, abrió la parte española del programa. El director Juan Luis Pérez fue el encargado de guiar a la Orquesta en esta pieza y en Orgía, una de las Danzas Fantásticas de Turina. En este momento del concierto estaba prevista la participación del bailarín Javier Latorre, que se excusó por sus problemas de rodilla pero apoyó a la formación como parte del público.

La cita continuó con una de las invitadas más esperadas, Diana Navarro, que cantó con su dulzura habitual la Romanza de la otra, ya con Luis Cobos al frente de la Orquesta. "Qué bien canta esta mujer, da gusto escucharla", comentaba una mujer a sus amigas, que acudieron al concierto "porque se ha creado mucha expectación, sobre todo con la cantidad de invitados que han dicho que habrá".

Diana Navarro mostró al comienzo de su actuación su alegría por participar en este acto pero aclaró que le "hubiera gustado estar de otra manera", es decir, en una situación de seguridad y estabilidad de la Orquesta y no tan delicada a causa de los recortes presupuestarios y el déficit de más de 200.000 euros que arrastra desde el pasado año. Por eso, dijo que "a los que corresponda, repito, a los que corresponda, la música no se debe perder". "¡Viva la música, viva Córdoba y viva Andalucía!", finalizó la cantante malagueña.

Muchos niños descubrieron ayer gracias a la Orquesta que la música clásica también puede ser divertida. Los más pequeños bailaron al son de los temas más alegres pero algunos también se aburrieron un poco con las composiciones más lentas mientras sus padres les pedían paciencia y les prometían "un helado cuando acabe el concierto".

Una de las partes más animadas fue la interpretación de A bailar, de Cantores de Híspalis, que indicaron que "sin música pasarán necesidades muchas personas", a lo que el público respondió con un "¡Sí se puede!" que se escuchó a lo largo de todo el concierto. "Claro que se puede, y apelamos a la responsabilidad social de las administraciones", apuntó Luis Cobos, añadiendo que "esto es una concentración pacífica y amistosa y no cabe duda de que la Orquesta tiene el apoyo de su público". El director concluyó que "cerrar una orquesta es como cerrar un museo; los escritores tienen las bibliotecas, los pintores los museos y los músicos a las orquestas".

El periodista José Antonio Luque fue el encargado de leer el comunicado en apoyo a la Orquesta de Córdoba, tras lo que pidió "que no nos quiten el pan de la música". A continuación, el programa siguió con la participación del director José Luis Temes, muy vinculado a la formación cordobesa desde hace años, que dirigió el preludio de El tambor de granaderos, de Chapí; Nocturno de Córdoba, una de las piezas de Nocturnos de Andalucía, de Lorenzo Palomo y en la que actuó como solista el guitarrista Javier Riba; y Córdoba de Albéniz orquestada por Luis Bedmar.

La parte operística del programa llegó con Manuel Hernández Silva, exdirector de la Orquesta, y la obertura de Las bodas de Fígaro, que dejó paso al actual titular de la formación, Lorenzo Ramos. Con él el público -que a pesar del calor y de la hora, las 13:30 pasadas, permanecía en las Tendillas- pudo disfrutar de la obertura de Carmen, de Bizet; el coro Va, Pensiero de Nabucco, de Verdi, y el Aleluya del Mesías de Haendel, donde participaron los coros Ziryab y de Ópera de Cajasur. Un fragmento del final de la Novena sinfonía de Beethoven, el conocido como Himno de la alegría, dio paso a otro himno, el del Córdoba CF, que cantó su compositor, Manuel Ruiz Queco.

La parte final del concierto, con Luis Cobos de nuevo a la batuta, estuvo dedicada a West Side Story, de Bernstein, y al tema Todos somos música, del propio director. En este fin de fiesta la Orquesta estuvo acompañada de nuevo por el Coro Ziryab y el Coro de Ópera de Cajasur y por los solistas Pilar Jurado y Momo Cortés, que animaron al público a cantar con ellos.

La presidenta del comité de empresa de la Orquesta mostró su satisfacción por el resultado obtenido. "Estamos muy contentos porque el apoyo de la ciudadanía ha sido espectacular, tremendo", manifestó, ya que ha sido "un concierto muy bonito, precioso, en el que la gente hasta ha cantado y se ha implicado con nosotros".

El teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Miguel Moreno Calderón, no se perdió esta "bonita fiesta de la música" y quiso estar en las Tendillas "como responsable del Área de Cultura, como músico y como ciudadano". En su opinión, la Orquesta es "un bien cultural al que no podemos renunciar de ningún modo" y añadió que "entre todo el mundo podemos llevarla a buen puerto". Además, apuntó que la formación planteó este concierto "de forma constructiva" para mostrar que "la sociedad civil tiene mucho que hacer" al respecto.

Ahora queda ver reflejado el apoyo de la ciudadanía a la Orquesta de Córdoba en forma de abonos y asistencia a los conciertos de su temporada, porque también así se hace música.

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