La cinta 'Parking' explora la fragilidad humana desde el extrarradio de Córdoba

La película llegará a final de año a los cines españoles, ha sido dirigida por el rumano Tudor Giurgiu y cuenta con Belén Cuesta, Ariadna Gil o Luis Bermejo entre los actores del reparto

Reparto de ‘Parking’, una película del rumano Tudor Giurgiu que explora la fragilidad humana desde el extrarradio de Córdoba.
Reparto de ‘Parking’, una película del rumano Tudor Giurgiu que explora la fragilidad humana desde el extrarradio de Córdoba. / Efe
Manuel Gascón / Efe

21 de junio 2019 - 06:00

El Festival de Cine de Sibiu presentó ayer Parking, una película del rumano Tudor Giurgiu que explora la fragilidad humana desde el extrarradio de la ciudad de Córdoba, con Belén Cuesta, Ariadna Gil o Luis Bermejo entre los actores del reparto. La cinta cuenta la relación entre un inmigrante rumano atípico y una artista española, pero también se asoma a los miedos y esperanzas de cuatro adultos en crisis desde el descampado en el que aparca sus coches un vendedor de vehículos de segunda mano de Córdoba, resume Giurgi.

La trama de esta producción internacional con participación española es una adaptación para cine hecha por Giurgiu de la novela autobiográfica Cercanías, de Marin Malaicu-Hondrari. “Me he preocupado mucho de reflejar la experiencia vital del autor del libro, porque Marin ha vivido la emigración”, añade el cineasta, y recuerda que Malaicu-Hondrari y el protagonista del filme no solo tienen en común ser escritores.

También, ambos emigraron de manera ilegal a España en 2002, cinco años antes de la entrada de Rumanía en la Unión Europea (UE). “Marin se fue de Rumanía en 2002, y trabajó en el aparcamiento de coches de la periferia de Córdoba en el que hemos filmado la película”, explica el director de Parking, que ya puede verse en los cines rumanos y empezará a proyectarse en las grandes pantallas españolas a finales de este año.

El protagonista principal es Adrian (Mihai Smarandache), un poeta rumano que emigra a España para aprender la lengua de sus héroes literarios y dejar atrás “treinta años viviendo en un cuartito” de una opresiva ciudad rumana, como le dice él mismo a Mercedes, a quien encarna Gil. Al contrario de lo que hacen la gran mayoría de inmigrantes rumanos en países como España o Italia, “Adrian no se va de su país porque quiera más dinero o una vida mejor”, resalta Giurgiu.

El protagonista principal es Adrian, un poeta rumano que emigra a España

“Él se marcha porque quiere aprender español y leer literatura española en su forma original, porque quiere una nueva vida”, dice. Otra de las peculiaridades de la obra es el lugar en que transcurre, lejos de los escenarios más espectaculares de una ciudad conocida por su belleza como es Córdoba. “Hemos filmado la película en un lugar alejado de la poesía y el encanto de Andalucía”, comenta Giurgiu al referirse al aparcamiento que también da título a la cinta, un paisaje de extrarradio sin atractivo aparente que se convierte por la noche en un “espacio mágico en el que los personajes sueñan y hablan de sus vidas”.

“Estamos acostumbrados a ver esa Córdoba romana, esa Córdoba con las mezquitas, y realmente no nos damos cuenta de que hay lugares que pensamos que están dejados de la mano de Dios y son igualmente potentes e igualmente bonitos”, señala por su parte Olmo Figueredo, de la coproductora sevillana La Claqueta. Para este productor, Parking es “una película de gente que está perdida. También explica su visión de que Adrian y el resto de personajes se complementan mutuamente y encuentran en el otro lo que anhelan y necesitan en los momentos más difíciles de vacío, soledad e incertidumbre.

El resto de personajes se complementan mutuamente

Figueredo subraya la importancia de cada uno de los personajes en el engranaje de la trama, que define como “coral”. “Cada personaje hace que avance la historia y cada personaje conecta con unos sentimientos diferentes”, añade. Además de desafiar a los tópicos sobre la imagen de Córdoba, Parking también rompe clichés sobre el tema migratorio. “No es la típica película de emigración en la que todo es una pena”, afirma Figueredo, que recuerda que “los emigrantes evidentemente pasan penurias económicas, pero también se enamoran, viven, se divierten, comen”.

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