Un peinado para cada época

El Bellas Artes muestra la evolución del corte de pelo femenino y los avances en los derechos de las mujeres en la primera mitad del siglo XX

Una visitante contempla los avances en el peinado de las mujeres.
Una visitante contempla los avances en el peinado de las mujeres.

El peinado es un rasgo universal y común a todas las culturas. La manera en la que las mujeres se peinan marca su forma de pensar, de vivir, en definitiva, el rol social que ocupan en cada época de la Historia. Con los peinados se intenta seducir a la sociedad en general, que cataloga a las mujeres tanto por la vestimenta como por el corte de pelo que cada una porta. Esto es lo que está intentado demostrar el Museo de Bellas Artes con la exposición temporal La seducción del peinado, una recopilación de obras donde se refleja el día a día de muchas mujeres durante los primeros años del siglo pasado, desde la convulsa Primera Guerra Mundial hasta la sofisticación de la década de 1940. El autor de la mayoría de ellas es Luis Bea Pelayo, segundo marqués de Bellamar (1878-1963), quien donó los cuadros al museo durante los años 1948 y 1962. La gran mayoría de las obras, dispuestas en orden cronológico por toda la sala, representa a mujeres de estas cuatro décadas, permitiendo a los visitantes trazar un recorrido por el peinado de la primera mitad del siglo pasado.

En los primeros años del siglo, los peinados continúan con el estilo victoriano de influencias japonesas. El recogido, símbolo de sofisticación y seriedad, representa a la mujer recatada, sumisa y encargada de las labores del hogar. Su estética tiene que ir acorde al rol social que ocupan, de acompañante en todo momento del marido o padre, siempre en un segundo plano. Un recogido alto y sin volumen elimina todo el protagonismo femenino en el panorama social de principios de siglo. En el período de entreguerras se producen cambios significativos en el mundo occidental, no solo en el masculino, sino también en relación con la libertad de las mujeres. Los felices años 20 traen consigo un desarrollo del estilismo. La mujer, más independiente que en la anterior década, impone un estilo más despreocupado, ejemplificado en el corte bob, muy masculino y cortado justo por debajo de las orejas. En esta época, las mujeres se igualan a los hombres en el pelo y triunfa lo práctico en una sociedad cambiante.

En 1930, la transformación llega en los últimos años de la década, cuando la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española recuperan la austeridad y la decadencia, reflejada no solo en el descenso de la actividad social y económica, sino también en el peinado de las mujeres. El volumen y los recogidos elaborados dan paso a los moños despeinados y simples. En la década de 1940, el peinado femenino representa el nuevo estatus de la mujer. El pelo se alarga, se ondula y se riza. La elegancia se convierte en el sello de identidad como parte de esa nueva posición, que proviene de la incorporación al mundo laboral de la mujer europea durante la guerra. La exposición podrá visitarse hasta el 29 de noviembre.

stats