Pilar Muñoz Álamo (escritora): “Una buena novela tiene que removerte”

Córdoba/ “Vive y deja vivir”. Con esta frase resume la escritora Pilar Muñoz Álamo su último libro. La cordobesa ha sido la artífice de la novela Entre hilos de silencio, un trabajo que vio la luz en junio. Esta publicación te invita al lector a viajar a la Guerra Civil española (1936) de la mano de su protagonista, Esperanza. Dos hilos argumentales se entrelazan en esta historia que desemboca en la Nochevieja de 1999, una fecha clave para la protagonista, en la que muchos secretos del pasado comienzan a ver la luz. La defensa de la identidad sexual, el amor y los silencios tejen el núcleo de esta obra. La cordobesa ha lanzado este último trabajo con la editorial HarperCollins Ibérica. 

Los ingredientes de esta novela son variados, como el costumbrismo que se cuela por el desarrollo de este trabajo y la narración en dos tiempos. Viajando de lleno por las páginas de la novela, los lectores podrán ser partícipes de un libro donde la historia se vive desde la perspectiva del personaje. “Estamos acostumbrados a escuchar hablar de guerra civil en los libros de texto, pero cuando tú realmente novelas lo que es la historia de ciertos personajes y ves su día a día, es cuando tomas conciencia”, destaca.

Después de casi un año de trabajo, donde la documentación ha sido una parte clave del proceso, la autora es casi una experta de esa época. Muñoz narra de manera muy íntima cómo era vivir en esos años. Como indica la autora, las personas que la vivieron estuvieron condicionadas por los convencionalismos sociales y los imperativos legales. “En la que se perdieron muchísimos derechos. Para mí, que es un poco el fondo de esta novela, no se permitió que las mujeres vivieran como sentían”, sentencia. 

Esta historia, según explica, va a ayudar a poner al lector en la piel de sus protagonistas, a empatizar con esa época y a trasladar a los usuarios a su localidad natal, Pozoblanco. Un enclave que no ha sido elegido al azar. “Se trata de una zona muy concreta y ellos estuvieron defendiendo los ideales de la República hasta última hora”, detalla. Además, este espacio ha servido de homenaje a su pueblo y a familiares, a los que ha podido introducir en la novela, en forma de guiños y pinceladas que dibujan referencias dedicadas a sus seres queridos. 

Aunque lleva desde 2011 dejando que la escritura se cuele en su vida, Muñoz declara que “yo sigo siendo fiel a mis comienzos. En cuanto a lo que quiero escribir, a mí lo que más me interesa es mostrar a los personajes, porque, quizás, lo importante no es lo que ocurre, sino cómo lo enfrentan los personajes. Una de las cosas que me gusta hacer es plantear una situación cotidiana y enfrentar ese problema desde puntos de vista muy diferentes. Te hace reflexionar. Me gusta jugar con toda esa parte psicológica”, sostiene. Aquí entra en juego los conocimientos de esta ciencia, ya que la autora es licenciada en Psicología. 

La autora lleva escribiendo toda su vida, pero había guardado esos recuerdos en el fondo de su memoria hasta que un buen día decidió seguir las sugerencias de una buena amiga. Con nueve años ya escribía sus primeras páginas, realizaba sus primeras ilustraciones e incluso grapaba estos trabajos. Con 17 escribió sus primeros relatos. Con 40 decidió hacer de esta magia, algo más profesional. Gracias a una amiga que le inspiró a escribir sobre las nuevas tecnologías, estaba empezando, sin ella saberlo, un camino con diferentes retos conseguidos.

Actualmente, la escritora está viviendo un gran momento profesional de “satisfacción plena” debido a su publicación en la editorial HarperCollins Ibérica. Aunque pone el foco en que “hay que tener mucha cautela porque el hecho de que una editorial contacte contigo no implica necesariamente que tu novela sea buena, y que no te publiquen no implica que tu novela sea mala”. La cordobesa hace mención a todos esos libros que son autopublicados, pero que tienen una gran historia. 

No obstante, la autora insiste lo difícil que es vivir solo de la escritura. Actualmente, ella combina este arte con un trabajo en la Administración General del Estado. “Hay muy pocos escritores que viven solamente de la escritura. Te hablo de cientos, pero respecto al número de escritores que están publicando, son mínimos”, refiere. Muñoz compara, en este sentido, las semejanzas entre el mundo de la literatura y el mundo de la música, refiriendo que hay cantantes que llegan a estar en el top con una canción y que luego se les pierde la pista, mientras otros, gracias a su comunidad fiel, logran amasar una carrera de éxitos. “Mantenerse en el mundo de la literatura durante toda una vida, con una solvencia económica mínima para que te permita vivir bien, es muy complicado”.

“Dominar el lenguaje, conocer los recursos literarios, hacer malabarismo con las palabras para que lo leas sea un placer”, son algunas de las claves que debe hacer un escritor y la más importante: leer. “No concibo un escritor que no lea”, señala la autora. Y sobre todo, un escritor debe erizarte la piel. “Hay que ponerse en la piel de los personajes. Pueden contar una historia bien, pero dejarte fría, y una buena novela para que funcione tiene que removerte”, reflexiona. 

Después de narrar un viaje por su historia, la autora introduce al espectador a la que ella misma ha creado, con esta referencia que incita a leer su libro: “Que cada cual viva como considere, sin estar condicionado por nadie. Cada uno tiene que construir su vida, a su manera, según sus convicciones, su educación, sus sueños y deseos. Según lo que quieras hacer en esta vida, no todos tenemos que andar por el mismo camino. Caminos hay infinitos y todos son igual de válidos”, defiende.