La crisis de la "posfelicidad" entra en juego en Cosmopoética a través de la filosofía de José Carlos Ruiz

Córdoba/La filosofía también forma parte de Cosmopoética. José Carlos Ruiz (Córdoba, 1975), doctor en filosofía, escritor, especialista en pensamiento crítico y profesor de la Universidad de Córdoba (UCO), ha sido el protagonista del Cosmodiálogo de la tercera jornada de esta cita cultural en la que todos los estilos literarios tienen cabida. El novelista cordobés ha abarrotado la Sala Orive, expectante ante el magistral análisis realizado sobre la "posfelicidad" actual, término acuñado por el propio José Carlos Ruiz con el que define el concepto de felicidad que vive la sociedad actual y que es "incompleto".

La población de hoy día vive con la sensación de "incompletud", no porque esté más incompleta que hace 40 años, sino porque su percepción de la vida ha cambiado. Según el filósofo cordobés, "lo que ha pasado en los últimos 20 años no es felicidad", de ahí la creación de ese término de la "posfelicidad" con el que define la realidad: "Hagas lo que hagas vas a tener la sensación de que podrías haberlo hecho mejor. Ahora tenemos la sensación de tener más carencias materiales, emocionales y también en el campo de los deseos hasta que este se convierte en el eje diferencial", ha destacado José Carlos Ruiz.

Ahora "la parte emocional es la que pivota la felicidad actual y el placer ha sido eliminado", tanto que "la felicidad se ha convertido en un bien de consumo". Incompletos: Filosofía para un pensamiento elegante es la última obra publicada por José Carlos Ruiz. Un ensayo que aboga por un pensamiento elegante como fármaco para los síntomas de la hipermodernidad. Cosmopoética ha sido el escenario óptimo para extender la filosofía de este libro que explica que "no son buenos tiempos para la elegancia por la falta de serenidad".

¿Y qué es la elegancia de la que habla José Carlos Ruiz? "Todos tienen la estética como eje diferencial de la elegancia, pero no se puede definir aunque todo el mundo la reconoce. Se habla de serenidad como un sistema identitario, es decir, cuando el sujeto tiene el control social y personal sin buscar el sentimentalismo o la toxicidad; tiene claro cuál es su criterio, está en consonancia con su serenidad y da seguridad al otro de que puede ser él mismo".

El problema de que la elegancia se encuentre en la serenidad de uno mismo es que actualmente el ser humano no la tiene. ¿Por qué? Porque se rige por las emociones y "la emoción ha encontrado el campo del desarrollo en las pantallas, que es donde mejor se expresa la narrativa emocional, pero donde menos se desarrolla". De hecho, José Carlos Ruiz, pese a ser docente, ha criticado a esas nuevas pedagogías que se imparten y que "están basadas en las emociones", permitiendo así que "los procesos de contención emocional cada vez sean peores".

Se trata de una evolución social que ha desembarcado en una "pornografía emocional" en la que "los procesos de intimidad se desarrollan en cuestión de si tienen capacidad de viralizarse". Es decir, en palabras del filósofo cordobés, el sujeto se plantea si algo privado sería validad por una comunidad, lo que hace que actualmente "la intimidad haya desaparecido" y sea continuamente "exhibida" en las redes sociales pese a que "el individuo elegante es discreto".

Sin la elegancia, la felicidad ha pasado a ser esa "posfelicidad" de la que ha hablado José Carlos Ruiz en Cosmopoética y con la que ha definido a la sociedad actual: "cansada", "autoexigente" y generadora de "ansiedad" porque siente que constantemente "se está pediendo algo", a lo que se le llama como síndrome FOMO (patología psicológica descrita como una aprehensión generalizada a que otros puedan estar viviendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente).

"Una sociedad cuyos procesos cada vez son más irreales y que premia la inmediatez y el resultado final sin experimentar el proceso que es lo que nutre al ser humano", ha lamentado un José Carlos Ruiz, que ha subrayado que "el cerebro está diseñado para ahorrar energía y lo digital es más fácil". Por eso "no son buenos tiempos para el papel impreso" y tampoco para ser realmente felices.

Rap y versos para completar la jornada

Antes del fascinante Cosmodiálogo que ha tenido a José Carlos Ruiz como protagonista, la tercera jornada de Cosmopoética se ha desarrollado con mucha cultura, empezando por dos actividades matinales en este domingo destinadas a los más jóvenes: el espectáculo Baño de bosque en Cosmopeque llevado a cabo en el parque de Los Villares; y la exhibición de freestyle rap que ha tenido lugar en La Viñuela con Blon como artista invitado y otros artistas locales como Khalos, Sebbas y Joseflowing como Dj.

El Palacio de Orive ha acogido en la tarde del domingo los Cosmoversos del escritor e investigador sevillano, Juan Gallego Benot, (Sevilla, 1997) y de la poeta y médica madrileña, María Paz Otero (Madrid, 1995) en una armoniosa cita donde la lírica ha cultivado las emociones de los casi un centenar de asistentes. Unos versos que han precedido a José Carlos Ruiz, encargado de cerrar la tercera jornada de Cosmopoética 2024, cuyo broche de oro lo ha puesto el posterior Cosmoacorde, Poetas andaluces en la voz, un paseo poético-musical de la mano de Antonio Carvajal (poeta y recitador), Laura Sabatel (soprano) y Antonio López (pianista).

Cosmopoética continuará este lunes 30 de septiembre con el taller Cosmojoven, Manos es más, desarrollado en el instituto Blas Infante y que intentará acerca las claves del lenguaje poético a través del lenguaje entre adolescentes (10:30); con la actividad paralela, Compás del Corpus Vermut, poético por tres exresidentes en el espacio que fue su hogar durante un curso en Córdoba que se hará en la Fundación Antonio Gala (12:30); luego con los Cosmoversos, Poetas en la Espiral. La generación del 2000 en Córdoba, en la Sala Orive a las 19:00; además de Cosmoversos a las 20:00 en el mismo lugar con Antonio Díaz Mola y Lucía Sánchez Borrero; y el cierre de la jornada lo pondrán los Cosmoacordes a las 21:30 en la Sala Orive, Tres corazones infinitos con Lola Herrera.