La rumba en España
José Luis Navarro García estudia en un libro el desembarco en el país de un género de procedencia antillana que los flamencos han asumido como propio
Pepe de la Matrona se la trajo en su viaje de vuelta de La Habana en 1914, aunque no la grabó hasta 50 años más tarde. Dicen que el primero en registrarla fue Bernardo el de los Lobitos, en 1923, aunque lo cierto es que la estrella flamenca Niña de los Peines la grabó en 1917 con la guitarra de Currito el de la Jeroma. Con el acompañamiento de tango flamenco, este registro sigue la línea inversa de la rumba actual: si hoy la tendencia es acelerar el ritmo, aquí aparece más pausado que lo que solía ser habitual en el tango.
La rumba flamenca tiene su eclosión en los años de los tablaos, 50 y 60, en que ya aparecen cultivadores monográficos, hasta el punto de crear un nuevo género, al margen mismo del flamenco. El iniciador de esta tendencia es el utrerano Bambino, sin duda el intérprete más genial de la rumba. En Cataluña la rumba sigue un camino paralelo de la mano de intérpretes como El Pescaílla y tendrá en Peret su mayor representante histórico. Otra variante del género es la rumba suburbial y pop que en los 70 arrasa en las voces de grupos como Los Chichos, Los Chunguitos, Los Chorbos, Las Grecas, Manzanita, etc. Por su parte, los flamencos siguen fieles al género y su gran revolucionario es Paco de Lucía, cuya rumba Entre dos aguas (1973) marca el inicio del enorme eco popular que tiene cada uno de los trabajos del guitarrista, desde entonces. Camarón fue otro notable intérprete de la rumba flamenca. Volando voy fue la primera rumba que interpretó, en la línea de Veneno, autores del número, aunque en los años siguientes interpretaría otras rumbas en la onda de Paco de Lucía, compuestas por Pepe, y con guiños a la rumba urbana de los Chichos.
Claro que la rumba no es un género exclusivamente flamenco, como demostraban Groucho Marx en Una noche en Casablanca, Carole Lombard en Rumba y Fred Astaire en Volando a Río, testimonios incluidos en este libro de José Luis Navarro García. La rumba viene a España de Cuba, procedente del teatro vernáculo, que la toma de las fiestas y celebraciones populares de los negros, como sinónimo de fiesta, como baile, y se integra en los ámbitos escénicos, en el teatro popular, el sainete, la zarzuela y en las revistas y los espectáculos de variedades. La cantan y la bailan La Chelito, La Morita, Los Criollitos, La Bella Hurí, La Bella Dorita, Las Hermanas Borrull, Preciosilla, La Argentina, La Argentinita, El Trío Lara, La Perla Negra, Elsie Bayron La Eléctrica, La Dolly, Rosa Negra, etc. Es decir, tonadilleras, cupletistas, bailarinas, sicalípticas, travestidos, flamencas y auténticas bailarinas negras cubanas. Y es que, ante todo, la rumba es un baile afro-cubano de ritmo binario, emparentado, según José Luis Navarro, con la Yuba, un ritual de fertilidad. De todo esta peripecia de la rumba en España, hasta 1939, da fe esta obra, que se ocupa de las rumbas flamencas y de las no flamencas, que eran mayoría, claro está. Todo ello con abundantes y extensos recortes de la prensa de la época y con mucho material gráfico. Como la obra acaba hacia 1939 su indagación, queda al margen de la misma la moderna rumba flamenca, marcada como decía arriba por la fuerte personalidad de Paco de Lucía. Entre dos aguas es la primera rumba registrada por él, aunque debe mucho a la Rumba improvisada de 1971 que ejecutó junto a Ramón de Algeciras, Paco Cepero, Enrique de Melchor, Isidro Muñoz y Julio Vallejo. De hecho, esta última grabación debe ser considerada como la primer versión de Entre dos aguas, lo que evidencia que este tema, sin duda el más popular de su autor, y uno de los más reconocibles del flamenco de todos los tiempos, no nació de forma espontánea como a veces se ha dicho. Después de esta, Paco de Lucía ha incluido hasta nueve nuevas rumbas en sus discos, en dos ocasiones (Sólo quiero caminar y Cositas buenas) hasta dos por disco, grabándolas de nuevo, también, en discos de versiones y en directo. Muchos le niegan el carácter flamenco a la rumba pero lo cierto es que el tema más popular y vendido de la historia del flamenco es una rumba, aunque a veces, por sus declaraciones, podamos pensar que al propio creador de la misma le pesa este hecho. Lo cierto es que la carrera de Paco de Lucía como concertista hubiese sido algo muy diferente sin esta rumba. No sólo por la independencia que le dio el enorme éxito comercial del tema, también por el lugar de encuentro que la rumba supuso, en adelante, para sus diálogos musicales con Al Di Meola, John McLaughlin, Chick Corea, etc. Y que, por supuesto, el llamado Nuevo Flamenco sería también otra cosa sin esta rumba y sin este género. Sin Entre dos aguas probablemente no existirían maravillas como Volando voy de Veneno, Juego de niños de Rafael Riqueni, Bodas de sangre de Pata Negra, por no hablar de los Ketama, José el Francés, Sorderita, La Barbería, Chambao, elbicho, etc., y siempre limitándome a los que creo que son más ilustres. Por supuesto que también ha propiciado alguna abominación.
José Luis Navarro García Sevilla, Libros con Duende, 355 páginas.
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