Un varapalo en toda regla
Pese a los discursos institucionales, la realidad es que la política de infraestructuras de la ciudad queda seriamente tocada · El centro de congresos es el gran perjudicado de la decisión sobre la Capitalidad
El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, comenzó ayer su intervención en el debate sobre el estado de la comunidad alabando el trabajo que se ha realizado y prometiendo que se van a cumplir todos los compromisos con Córdoba. No es la primera vez que el secretario general de los socialistas andaluces y parlamentario por la provincia realiza una declaración de estas características. Y es que la preocupación sobre el futuro de determinadas infraestructuras relacionadas o no con la organización de la Capitalidad han quedado bien tocadas, en algunos casos de muerte, tras el fallo del jurado.
Sobre el papel, sobre las declaraciones políticas, nada está vinculado al proyecto de Capitalidad. Es una verdad a medidas o, si se quiere, una pequeña mentirijilla. La realidad es que el foco de 2016 generó una serie de expectativas que animó a desarrollar una serie de equipamientos que, probablemente, sin el proyecto de Capitalidad no hubieran arrancado. La crisis ha generado un severo contratiempo en las administraciones públicas que han generado problemas de desarrollo, de forma que hay iniciativas que van a trancas y barrancas mientras que otras se encuentran en estado más bien crítico.
El centro de congresos parece el gran damnificado de la marcha a San Sebastián del proyecto de la Capitalidad Cultural de 2016. El Consistorio tenía la esperanza de que la consecución del objetivo continental permitiese desarrollar un nuevo acuerdo financiero con más dinero por parte de la Junta de Andalucía, del Gobierno central y la posibilidad de que entrara en el proyecto la Diputación Provincial para aliviar la carga financiera del Consistorio. El despertar abrupto del sueño de la Capitalidad obliga al alcalde, José Antonio Nieto, a adoptar una estrategia con dos bifurcaciones posibles: esperar a los resultados de las generales y autonómicas para ver si con otro escenario político existen mejores expectativas económicas o, en su caso, enterrar el actual proyecto para ir a una opción low cost cuando el panorama mejores. La importancia cultural del centro de congresos, además de la capacidad para celebrar eventos, se encuentra en la creación de un auditorio de gran capacidad y la sede de la Orquesta.
El gobierno municipal popular ha intentado minimizar el discurso de los problemas económicos municipales hasta tanto se produjese el desenlace del jurado, cuyo resultado ha sembrado la decepción en la ciudad. La realidad es que ya está en marcha la auditoría interna para conocer el estado de las cuentas públicas. Y las previsiones del equipo económico de Nieto son malas tirando a peores en el sentido de iniciar ahora una inversión de estas características. En principio, el acuerdo con la Junta tiene una fecha tope, este otoño, para que comience la obra aunque el calendario nunca ha sido un problema grave en el desarrollo de este tipo de acuerdos.
El C4, o Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, es una inversión encauzada. La Junta tiene encima de la mesa la programación del equipamiento, destinado más a la formación y a la producción, que a la exhibición. El edificio terminará costando unos 30 millones de euros. La Consejería de Cultura sigue sin ver el proyecto -avalado por ejemplo por el Pleno del Consistorio- de que sea ese edificio quien aloje la colección de Pilar Citoler.
Otros centros culturales no las tienen todas consigo en este nuevo escenario. La nueva sede del Museo de Bellas Artes es un ejemplo de ello. Con Carmen Calvo en el Ministerio de Cultura, se firmó un acuerdo para la cesión de una parcela municipal, junto a la torre de la Calahorra. Se eligió la mejor ubicación en la peor de las situaciones urbanísticas ya que previamente hay que expropiar, derribar viviendas, gestionar un estudio de detalles. La cuestión es que los tiempos de dinero se han acabado y ahora cualquier iniciativa se topa con las restricciones del Ministerio de Cultura, que con la Capitalidad en Córdoba se hubiera visto obligado a agilizar su construcción.
No hay que minimizar la importancia de esta iniciativa y su retraso. La primera vez que El Día informó de la construcción de este centro fue en marzo de 2001 con lo que ya se superan los diez años de gestiones que, en cierto modo, han derivado en una paralización. En una situación bastante parecida se encuentra la segunda fase de la reforma del Museo Arqueológico.
La Biblioteca del Estado es otro de esos proyectos culturales (en este caso, con un matiz educativo) que se encuentran en un limbo, en tierra de nadie. La ciudad cedió, en una operación que mucha gente no entiende, parte de los Jardines de Agricultura para la construcción del edificio, que tiene proyecto y encuentra asiento en los Presupuestos Generales del Estado. El Ministerio de Cultura ha ido demorando el inicio de la construcción del equipamiento. El Gobierno debería encontrarse desarrollando un nuevo Archivo Histórico para modernizar las instalaciones.
Una de las aportaciones del proyecto de Capitalidad era que, de forma paralela, se establecían propuestas urbanísticas de mucho calado en el Casco Histórico, como la reforma integral del Alcázar y la dotación de un equipamiento cultural y ecuestre en las Caballerizas Reales. Ese proyecto sigue formando parte de la estrategia municipal aunque el acceso a los fondos estructurales de la Unión Europea será más complejo. La ciudad que gana la Capitalidad tiene opciones preferentes sobre créditos de este tipo de programas europeos.
El Casco Histórico y el río iban a ser sometidos a una serie de actuaciones, algunas de ellas menores, con el objetivo de preparar a la ciudad para un incremento de turistas. Un ejemplo reside en el proyecto de la Capitalidad -consta en el dossier- de darle uniformidad a recorridos culturales estableciendo zonas de acceso a internet y las redes sociales con el objetivo de informar sobre las actividades. Se trataba de iniciativas que perdurarían.
En principio, el plan Urban Sur, que permitirá recuperar, por ejemplo, la Escuela de Magisterio para desarrollar un equipamiento de animación cultural no depende de 2016. Sin embargo, dicho programa europeo está tomando cuerpo más lentamente de lo esperado. El Consistorio tiene que gastarse cerca de diez millones de euros, el 50% de la inversión global.
Adiós a una herramienta de promoción de primera magnitud
Si la cuestión material ha salido seriamente tocada de la decisión del comité de selección de recomendar a San Sebastián como Capital Europea de la Cultura, las expectativas de desarrollo también han recibido un sonoro bofetón. La Capitalidad está considerada, al menos en los países en que se ha hecho adecuadamente, como un instrumento de promoción ante la concentración de actividades culturales de interés. En España, ciudades como Salamanca o Santiago (Madrid, por escala, ni notó la organización de las actividades de 1992) disfrutaron de la proyección que les proporcionó el acontecimiento. La Unión Europea calcula que cada euro invertido se reciben entre diez y doce en la ciudad como consecuencia de la inyección de ingresos que se reciben por el sector turístico. Se ha demostrado, además, que al acabar los actos de la Capitalidad se retiene en parte el incremento de visitantes a raíz de la organización de eventos culturales. Este tipo de cuestiones sirven, además, para hacer marca, para configurarse como destino turístico especializado ligado a la cultura, lo que suele traer visitantes de cierto poder adquisitivo. La propia candidatura ha permitido que la Junta destine dos millones de euros anuales para la promoción de la ciudad en distintos foros.
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