Joaquín Aurioles

El Fondo de Liquidez y la deuda autonómica

Tribuna Económica

21 de septiembre 2023 - 00:45

La deuda acumulada por las comunidades autónomas en el primer trimestre de 2023 ascendía a 322.211 millones de euros. Cataluña (85.446) y Comunidad Valenciana (55.439) son las más endeudadas, seguidas de Andalucía (36.744), aunque si se relativiza el dato con el de población resulta que las dos primeras siguen siendo las de mayor deuda por habitante (10.818 y 10.623, respectivamente), pero Andalucía aparece como la tercera menos endeudada (4.284€), detrás de Canarias y Asturias.

El problema se agudizó con la crisis de 2008, cuando se disparó el gasto social y se hundió la recaudación fiscal. Algunas comunidades intentaron acudir al mercado de capitales a pedir prestado, pero encontraron desconfianza de este y descontrol en las elevadas primas de riesgo. La reacción del gobierno de turno fue la creación del FLA (Fondo de Liquidez Autonómico, RDL 21/2012, 13 julio), un “mecanismo temporal y voluntario destinado a financiar vencimientos de deuda” y otras cosas, reformado a finales de 2014 para quedar integrado en el conjunto de Fondos de Financiación a Comunidades Autonómicas. El FLA es una herramienta más de entre las que cuentan las comunidades autónomas para hacer frente a sus necesidades de tesorería a la hora del pago a proveedores, vencimientos de deuda y otras obligaciones. Solo cinco comunidades Madrid, Castilla y León, Galicia y las dos forales no han participado en el reparto de los 275.851 millones de euros movilizados (al 0% desde 2014) entre 2012 y 2023. Cataluña es la que más ha recibido (102.622 millones), seguida de Comunidad Valenciana (80.260). En tercer lugar, pero a notable distancia, figura Andalucía (26.350), que, con la excepción de 2020, dejó de recurrir al Fondo en 2018.

El FLA surgió para ayudar a las comunidades más endeudadas a atender sus necesidades de tesorería, pero en condiciones tan ventajosas que ha funcionado como incentivo a un mayor endeudamiento, al que algunas han sucumbido. Su puesta en marcha, junto al resto de fondos de financiación, ha provocado que el estado haya desplazado al sector financiero como principal acreedor de las autonomías, llegando a acumular alrededor del 60% de la deuda. El incentivo al endeudamiento excesivo ha sido uno de los efectos perversos del FLA, pero otro ha sido el reforzar la dimensión política del problema, en detrimento de la estrictamente financiera.

Entre sus consecuencias, y dado que resuelve los problemas financieros urgentes, permite alargar la agonía del sistema de financiación autonómica vigente, de la que nunca se va a recuperar. Por otro lado, la discrecionalidad en la gestión del fondo, permite a un gobierno débil utilizarlo como compensación a los apoyos a su supervivencia, sin duda un grave despropósito por el agravio que supone para el resto. Un caso extremo sería el rumor de que en el precio exigido por el independentismo catalán por el apoyo a la investidura de Sánchez figura la condonación de la deuda de 72.000 millones de euros recibidos del FLA. Es tan desmedido que probablemente no sea cierto. Baste recordar que el presupuesto anual de la Junta de Andalucía ronda los 45.000 millones de euros.

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