Fátima Díaz Torres

Lili Diana

13 de junio 2021 - 01:52

Parece ser que Enrique y Meghan no han conseguido amansar las aguas tras ponerle el nombre familiar con que apodan a la reina Isabel II a su hija recién nacida. Lilibet Diana aúna los nombres de las dos mujeres más importantes en la vida del duque de Sussex -antes de la llegada de su esposa, por supuesto-: su abuela y su madre. Dos personas que en vida estuvieron enfrentadas y discreparon sobre tantas cosas que parece una broma que ahora vuelvan a pronunciarse sus nombres juntos de la mano de esta recién nacida, el quinto nieto de la recordada Lady Di. ¿Qué le parecería a ella si levantara la cabeza?

El caso es que el propósito de los Sussex de rendir homenaje a la soberana británica no ha surtido, ni de lejos, el efecto deseado. Desde Buckingham -que ya sabemos que no dan puntada sin el hilo de Isabel II- se han desmarcado de este 'sentido' tributo familiar y sostienen que la monarca no tenía ni idea de la intención de su nieto y su mujer de llamar así a su hija. Los padres de Lili (como la quieren llamar familiarmente) han respondido enseguida a estas manifestaciones públicas mostrando su malestar y su versión de los hechos: el príncipe llamó a su abuela antes que a nadie para anunciarle el feliz nacimiento y la intención de que la pequeña llevara su nombre más entrañable, con el que la conocen sólo sus familiares más cercanos, con el que la llamaba su querido esposo, el duque de Edimburgo, fallecido hace dos meses.

Muchos creen que el propio Felipe de Edimburgo fue el que puso este sobrenombre a la soberana, pero no es así. El apodo le viene de cuando era muy niña y ella misma no sabía pronunciar correctamente Elizabeth. El rey Jorge V, su abuelo, comenzó a imitar la forma en que lo decía la pequeña Isabel y, con el tiempo, sus padres, su hermana, y finalmente su marido acabaron llamándola así en privado.

Todo apunta a que Lilibet Diana Mountbatten-Windsor no será el motivo por el que Isabel II y el resto de los Windsor perdonen a los duques de Sussex por llamarles "racistas" en una entrevista televisada con Oprah Winfrey ante millones de espectadores en todo el mundo. Archie y Lili están predestinados a convertirse en los primeros miembros de la realeza que no se críen en un palacio, entre sirvientes y cubiertos de plata. Lo harán en una mansión, es evidente, y con todas las comodidades posibles, pero alejados de los que son su familia, al menos paterna. Ni el príncipe Carlos ni su hijo Guillermo han manifestado la menor intención de viajar a Estados Unidos para conocer a su nieta y sobrina respectivamente. Lili Diana tiene dos nombres tan distintos, que parecen tan irreconciliables como lo fueron Isabel II y Diana de Gales hace más de 30 años.

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