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Creíamos que las aguas en nuestro equipo estaban mansas y, vaya, parece ser que no, que todo lo contrario. Que hay más líos de los que pudiéramos imaginar, pero muchos más, y esta semana nos hemos enterado de unos cuantos. Esperemos que esto no haga como en otras épocas, ya pasadas, que acabó afectando al juego. Crucemos los dedos para que no vuelva a pasar, porque pasó, y todos lo sabemos.
Que si al de los anuncios aquellos tan feos hay que darle unos pocos miles de euros, que si vamos a denunciar al que estuvo hasta no hace tanto y que tan mal llevaba que al Futsal le fuera bien, que si hay que poner las cuentas en orden.
Esperemos que haya sido nada más que una coincidencia y pronto todo vuelva a su ser, a la tranquilidad, y al buen juego, que es de lo que se trata. Porque cuando un equipo de fútbol no es noticia por los goles que mete, malo, y eso lo hemos vivido aquí a lo bestia, que todos nos acordamos de maravilla. Que yo hay días que no sé todavía cómo nuestro Córdoba sigue existiendo, que lo vimos todos en el hoyo, y bien enterrado, que muy poquito le faltó.
Y es algo que a mí siempre me costará mucho, pero mucho entender, mucho, de verdad. Que un equipo, estando en la división que está, que no es ni fútbol profesional en teoría, que de eso no se olvide nadie, que cuente con la barbaridad de socios que tiene, que hay equipos de Primera con menos, no se entiende que pase apuros, de ninguna de las maneras. Y de ese burro no me apeo, porque nadie me va a poder convencer de lo contrario.
Esta semana se ha hablado también mucho del solar que tiene la Diputación, que se ha utilizado de todo un poco, pero últimamente no se está haciendo nada. Por lo visto lo van a ceder para cosas de ocio, que siempre es una cosa como muy general, donde parece que cabe todo y un poco más, cualquiera sabe. Hace años los políticos usaban una palabreja que a mí me ponía de los nervios, multiusos.
Sobre todo lo decían de los edificios, que siempre tenían un salón o lo que fuera multiusos. Vamos, que en teoría servía para todo, pero la realidad es que no servía para casi nada. Espero que no sea ese el final del solarón de la Diputación, que anda que no se pueden hacer ahí buenas cosas, como ya se hicieron antes, como la Cata, que me encantaba ahí, tengo que decirlo. Una idea que lanzo, por si alguien la quiere coger.
En fin, que ya llevamos dos semanas de 2024 y la cosa parece que apunta maneras. De todos modos, yo soy de los que piensa que si vamos a tener líos, mejor al principio, para que nos dé tiempo a resolverlos y a olvidarlos, me parece a mí.
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