Posguerra

Se han cumplido 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial pero en el doble documental Después de Hitler se habla de la dolorosa, agónica y vengativa reconstrucción, a continuación, de nuestro continente. La paz no surgió por arte de magia y tanta muerte sólo podía acarrear los peores ecos.

Las revanchas a sangre y fuego asolaron todos los países, entre la represión a los alemanes, sus colaboracionistas de todo pelaje y el exterminio de la disidencia democrática en la órbita de la URSS. A través de la hora y media de este documental francés del canal Arte repuesto en La 2 (es de 2016 y se puede ver en rtve.es) se comprueba cómo la guerra prosiguió en forma de conflictos internos muy agudizados y unas ansias insanas de ajustar cuentas. Para sobrevivir a ese contexto de devastación en bucle sólo cabía financiar la recuperación económica, aunque fuera casi por vía criminal, y fomentar la reconciliación. De esas cenizas regadas por el plan Marshall surgió lo que ahora es la UE, útil y necesaria pese a todos sus escépticos y detractores.

Este documental histórico, como todo lo que se está produciendo sobre esa época, se sirve de imágenes coloreadas, lo que las hace más próximas. Nos reconocemos mejor entre los que aparecen. En el caso de la obra de David Korn-Brzoza y Olivier Wieviorka el cristal refleja un cúmulo de millones de desdichados arrojados a una espiral de violencia y miseria que parecía que no iba a tener fin. Fueron años larguísimos. Mucho más largos que el miserable 2020.

La crisis que estamos viviendo es grave y angustiosa, pero si nos fijamos en esas imágenes nos asomamos a un mundo cruel al que sus coetáneos se afanaban en rebuscar un atisbo de esperanza. Siendo hoy crítica la situación para millones de familias, la reconstrucción de nuestro entorno tras la pandemia está muy alejada de lo trágica que fue aquella sufrida restauración. Poniendo generosidad (de todo tipo) en las mesas, deberíamos emerger. La Historia nos pone ejemplos recientes de lecciones mayores.