Visto y Oído
Esa diva
En 2024 el IBEX 35 ha obtenido una rentabilidad total incluyendo dividendos de un 19% superando a la mayoría de las bolsas europeas que en promedio han registrado una rentabilidad total de un 12%. El comportamiento de los valores ha sido desigual, pues 20 compañías han superado el 15% de retorno mientras 12 han registrado pérdidas en el año.
Los bancos domésticos han registrado las mayores ganancias pese al contexto de rebajas de tipos de interés en la segunda parte del año, con retornos superiores al 50%. En un segundo lugar, las compañías relacionadas con turismo e infraestructuras han registrado igualmente rentabilidades muy elevadas en el año, destacando ACS y Ferrovial con ganancias de en torno al 25% gracias a su exposición al crecimiento de las infraestructuras en EEUU. Entre las eléctricas las compañías integradas, Endesa e Iberdrola han obtenido ganancias de en torno al 15%, mientras que las compañías de renovables han sido el peor segmento del mercado con importantes pérdidas como consecuencia del descenso de los precios de la electricidad.
El escenario para la bolsa española en 2025 sigue siendo favorable en nuestra opinión, con unas valoraciones atractivas y una economía resiliente en el contexto de las rebajas de tipos de interés. Los sectores con más peso en la bolsa española, bancos, eléctricas e infraestructuras siguen ofreciendo unas elevadas rentabilidades por dividendo que refuerzan su atractivo en el contexto de rebajas de los tipos de interés. Esperamos una rentabilidad inferior a la de 2024, fundamentalmente por la moderación de los beneficios de los bancos, pero creemos que el IBEX 35 volverá a superar el 10% de rentabilidad incluyendo dividendos.
También te puede interesar
Visto y Oído
Esa diva
El parqué
Jornada mixta
Fernando Faces
Acuerdo China-EEUU: segundo acto
El parqué
Avances ligeros
Lo último
La tribuna
Los aranceles como oportunidad
Editorial
Frente autonómico contra los privilegios
La Rayuela
Lola Quero
Escaqueos en el juzgado
La ciudad y los días
Carlos Colón
Depardieu, Pasolini y la falsa tolerancia