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Tribuna Económica
Las exportaciones españolas han crecido casi un 50% en los últimos quince años (2008-2023), elevándose su peso en el PIB del 26% al 39%. Hoy en día, y gracias al mayor dinamismo de su actividad exportadora, España es, en términos relativos, un país “más exportador” que Italia o que Francia, y ha acortado distancias con Alemania, ya que sólo se sitúa un 9% por debajo, la mitad que en 2008. Además, la fortaleza exportadora española no sólo se demuestra en términos de cantidad sino también en la diversidad de productos y de destinos geográficos.
Así, las exportaciones de bienes, siguiendo los datos del informe del BdE publicado esta semana, han supuesto en 2023 un 68% de las ventas exteriores y tuvieron un peso del 26,4% en el PIB, 9% más que en 2008. Los sectores que han liderado los crecimientos son el de las semi-manufacturas, de la alimentación, los bienes de equipo y el sector del automóvil. Además, las ventas están más diversificadas en sus destinos. En 2008, estaban muy concentradas en la eurozona (en especial, en Francia, Alemania e Italia), pero ahora, aunque la eurozona sigue siendo el principal destino, con un 55% del total, exportamos relativamente más a países como Marruecos, Estados Unidos, China o Turquía (estos países recibieron el 12,1% de las exportaciones de bienes en 2023, casi un 4% más que en 2008).
En cuanto a las exportaciones de servicios, han crecido aún más que las de bienes. Entre 2008 y 2023, se han incrementado un 66% y su peso en el PIB ha pasado del 8,2% al 12,5%. Este salto responde al fuerte aumento tanto de las exportaciones turísticas –España es la segunda potencia mundial en llegadas y gasto de viajeros foráneos– como de los servicios no turísticos, que representan ya un 7,6% del PIB en 2023. Y también en el caso de los servicios se aprecia una mayor diversificación geográfica, aumentando especialmente el peso de las exportaciones de servicios turísticos a Norteamérica y América del Sur.
Todo esto ha sido posible gracias a una sólida y creciente base exportadora, que refleja un cambio cultural en las empresas españolas que cada vez más perciben los mercados exteriores como un objetivo natural. Según datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, en el último año, y ciñéndonos a las exportaciones de mercancías, los exportadores regulares, es decir, aquellos que han exportado en el año de referencia y en los tres años precedentes, han crecido un 1,7%, acumulando un incremento del 27% desde 2010. Unas 44.000 empresas españolas exportan bienes de forma regular actualmente.
Este dinamismo exportador está sujeto a riesgos en el futuro. Como señala el informe del Banco de España, puede verse afectado por el actual marco geopolítico, caracterizado por una elevada incertidumbre, un incremento de los aranceles y una creciente fragmentación comercial. También, por el incremento de los costes laborales por unidad de producto, que han aumentado más en España que en el resto de la eurozona en los últimos años.
Esperemos que este sector exterior siga mostrando la resilencia que viene demostrando ante los shocks externos, porque juega un papel fundamental en nuestra economía: según la OCDE, un 25% de los empleos en España están asociados a la exportación de bienes y servicios.
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