Los tiempos cambian

Como se suele decir, hay opiniones para todos los gustos, y hay gente a la que no le ha gustado lo del cambio de día de la Cabalgata de los Reyes Magos por la lluvia. Dicen que tendría que haber sido como siempre, el día cinco, para que luego siga siendo todo como debe ser, y no sé cuántas cosas más que han dicho.

Ustedes ya saben que yo soy de pocos cambios, que soy más bien tradicional, por no decir clasicote, pero también es verdad que si una cosa es buena, aunque sea moderna o nueva, pues hay que aprovecharla, me parece a mí. Si ahora los del tiempo aciertan tanto, que nos dicen casi hasta el minuto en el que empieza a llover, por qué no lo vamos a aprovechar, me parece a mí. Antes no sabíamos cuando se ponía a llover exactamente, y por eso hemos visto cabalgatas que se han tenido que suspender o que se han recogido antes de tiempo. Pero eso ya no pasa. Y encima, que es algo que disfrutan especialmente los niños, que son los que cogen los caramelos y los que escriben las cartas, por qué no iban a seguir disfrutando de algo que tanto les gusta.

A mí me parece estupendo lo que ha hecho el Ayuntamiento, la verdad, que yo no sé a quién puede molestar. Y eso de que es darles todos los caprichos a los nenes y hacerlos más debilitos me parece una exageración de las gordas, me parece a mí, que yo no sé ustedes lo que piensan. Ojalá cuando yo fui niño hubiera podido disfrutar de todas las cabalgatas, la verdad, que anda que la lluvia no me quitó buenos ratos, a mí y a mis amigos y vecinos. Y seguro que si hubieran tenido la previsión del tiempo, hubieran hecho lo mismo, me parece a mí.

Y es que los tiempos cambian, y a veces para mejor. O eso parece. Que anda que no vivimos mejor desde que hay ascensores, buenas carreteras o tantas y tantas cosas que se han inventado en Medicina, por ejemplo, que anda que no ha variado la cosa, pero tela marinera. Y la tele, cómo se ve ahora la tele, de limpia y sin rayas, que antes parecía que estaba nevando todo el tiempo. O las cocinas, ya no se pueden comparar con las que tuvimos, o las lavadoras, o tantas cosas. Y claro que se ha lavado de siempre la ropa en el río o en un arroyo, pero no se puede comparar con lo de ahora, sobre todo para las mujeres, que siempre les hemos dejado esas cosas sin preguntarles, como si les gustara hacerlo.

En fin, que me parece muy bien lo que han hecho con la Cabalgata, pero ya aviso que no se puede comparar con la Semana Santa, como ya están diciendo algunos, que una cosa no tiene que ver con la otra, y espero estar explicándome. Pues hasta la semana que viene, que tengo muchas cosas que contarles, y alguna más que sorprendente.