60 años del ‘Vangelo’ de Pasolini

La ciudad y los días

06 de septiembre 2024 - 03:07

El escándalo estaba servido. Un director a la izquierda de la izquierda institucional, ateo, homosexual y cuya última obra, La riccotta, había sido prohibida por blasfema, dirigía una película sobre la vida de Cristo. Los escandalizados no debieron haber visto al ladronzuelo santiguándose al final de Accatone mientras suena La Pasión según san Mateo de Bach, ni el Stabat Mater del final de Mamma Roma, Magnani llorando la muerte de su hijo arropada por sus vecinos como las santas mujeres y los santos varones.

El productor estaba asustado por la ferocidad de los ataques a la película que nadie había visto. Como se estaba desarrollando el Vaticano II, tuvo la idea de alquilar una sala e invitar a verla a los padres conciliares que quisieran asistir. Al llegar se había bloqueado el acceso. Y allá que los montaron en taxis hasta dar con otra sala. La primera sorpresa fue la dedicatoria que abre la película: “Al recuerdo querido, alegre y familiar de Juan XXIII”. Tras ello, con emoción progresiva, fueron viendo una película rigurosamente fiel al Evangelio –no hay una sola frase del guión fuera de él– en la que el realismo extremo que dotaba a las imágenes de una simplicidad trascendente se fundía con ideas visuales libremente inspiradas en Giotto o Piero Della Francesca, mientras sonaban Bach, Mozart, la Misa Luba o el conmovedor espiritual Sometimes I Feel Like a Motherless Child cantado por Odetta. La proyección terminó con veinte minutos de aplausos y lágrimas.

Hace 60 años se estrenó en el festival de Venecia. No faltaron manifestantes ultras y hasta quienes escupieron al director. Pero además del León de Plata, obtuvo el Premio de la Oficina Católica Internacional de Cine. Ni la censura española pudo con ella, estrenándose en abril de 1965. Su emoción, sinceridad, verdad, sacralidad y austera belleza triunfaron. Los irreductibles de derechas le reprocharon dar una visión marxista de Cristo y los de izquierda de incluir los milagros, la resurrección y la ascensión. ¿No era ateo? Quizás (“No soy creyente... Al menos conscientemente”, dijo), pero tenía sentido de lo sagrado y amaba a Jesús como “un ser divino que sobrepasa los límites de la humanidad”. 60 años después de su estreno es la mejor película sobre Cristo rodada en los 129 años de historia del cine y la única cuya visión invita a rezar. Es El Evangelio según Mateo de Pasolini.

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