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ANDALUCÍA cuenta con un conjunto de recursos naturales que conforman nuestro medio ambiente, nuestro ingente patrimonio natural, sobre el que tenemos la obligación colectiva de proteger y entregar intacto a las generaciones futuras. El Estatuto de Andalucía de 2007, en su artículo 28, consagra el derecho de los andaluces a un "medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable", y también se proclama en ese precepto el derecho de los andaluces al "acceso a la información medioambiental de que disponen los poderes públicos". Esta conexión entre calidad de vida y protección ambiental es muy importante desde el punto de vista axiológico, de los valores públicos y democráticos, como concepto de modelo de Estado y de políticas públicas, es un asunto central, que también aparece en el artículo 45 de nuestra Constitución como uno de los principios rectores de la política social y económica.
Respecto al conjunto de valores que constituyen el medio ambiente de Andalucía, considerados en el ámbito urbano, se ha desarrollado en nuestra tierra una creciente demanda social y ciudadana para definir y aplicar políticas ambientales claras a nivel local, con el objetivo de poner en práctica estrategias municipales de sostenibilidad. Esta estrategia local es potencialmente generadora de nuevas actividades profesionales y empleo, que de hecho ya constituyen un nuevo yacimiento de empleo real. Un caso muy claro es el sector de las energías renovables, con una potencialidad clara en nuestra tierra.
En la perspectiva de la constitución de los próximos gobiernos locales que se constituyan a partir de las inminentes elecciones locales del 22 de mayo, los ejes estratégicos de una buena política local de medio ambiente a desarrollar en los Ayuntamientos andaluces debieran ser la gestión de los residuos urbanos con el objetivo de la consecución del ciclo integral de los residuos urbanos, la gestión sostenible del agua, o el fomento del transporte público colectivo. Otros objetivos y actuaciones locales a realizar serían las relacionadas con la contribución desde lo local a la aplicación de la normativa sobre calidad del aire, diseño de políticas de eficiencia energética, medidas serias contra la contaminación lumínica y acústica, así como políticas de protección y rehabilitación del patrimonio histórico de las ciudades, como elemento integrante también del medio ambiente urbano.
Importante línea estratégica sería la apuesta por un modelo de urbanismo sostenible, que supone una planificación racional y sostenible de los usos del suelo; es decir, la necesaria y obligada incorporación de la variable ambiental en la planificación del territorio, la aplicación de medidas de apoyo a la rehabilitación de viviendas en los cascos históricos, como alternativa a un crecimiento desmedido de las ciudades, apostando por un modelo de ciudad compacta, evitando la ocupación innecesaria de suelo, o el necesario incremento de los espacios verdes en nuestras ciudades.
Una cuestión esencial para la eficacia de las policías locales de medio ambiente es el organigrama municipal en esta materia. Es importante la potenciación de las delegaciones municipales de Medio Ambiente, que incluyan a las empresas y organismos municipales con competencia medioambiental (empresas municipales de residuos, aguas, educación ambiental. transporte público, urbanismo, etc). Complementariamente, también sería muy conveniente que desde las áreas de Alcaldía o Presidencia se impulsaran políticas de coordinación con fines de sostenibilidad de todas las áreas, organismos y empresas municipales. El medio ambiente ha de ser objetivo global de toda acción de gobierno local.
En toda esta acción local por el medio ambiente, los ciudadanos andaluces tenemos un reto colectivo, la articulación participada y democrática de municipios responsables ambientalmente, con la fundamental implicación de los colectivos comprometidos en la defensa y respeto del medio ambiente. Los intereses privados y empresariales no pueden marcar las estrategias de desarrollo sostenible de los municipios en Andalucía. Hemos de corregir los desastres de los últimos años y mirar con más amplitud de perspectiva. El poder local ha de ser ejemplar en la defensa del medio ambiente, pero de la mano con el poder ciudadano.
Ciertamente, que será la sociedad civil, los grupos locales ciudadanos y políticos, de los que podrían surgir propuestas electorales específicas, que incluyan lo verde en sus estrategias y programas. Que la apuesta por el medio ambiente deje de ser algo marginal y pase a tener un papel central en la planificación de nuestros pueblos y ciudades. Quizá el período de democracia local 2011-2015 debiera ser el momento de que los poderes locales, en alianza con el poder ciudadano, caminen hacia una nueva etapa de profundización democrática, apostando por uno de los objetivos del Estado Social más importante: la defensa del medio ambiente.
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