Rafalete

Califa

La Gloria de San Agustín

Se montó, pero parda, sobre todo cuando se abrazó con su hijo y da igual que acabaran en los tribunales, que la verdad es que estuvo la mar de emocionante, que son cosas del corazón

Manuel Benítez ‘El Cordobés’ conversa con su hijo Manuel Díaz ‘El Cordobés’.
Manuel Benítez ‘El Cordobés’ conversa con su hijo Manuel Díaz ‘El Cordobés’. / Miguel Ángel Salas

19 de febrero 2023 - 06:00

Imagino que lo habrán visto en mi Día, porque es donde mejor lo sacaron, la que se montó el otro día en la Universidad por los 20 años de Manuel Benítez, el Cordobés, como Califa del toreo. Se montó, pero parda, sobre todo cuando se abrazó con su hijo y da igual que acabaran en los tribunales, que la verdad es que estuvo la mar de emocionante, que son cosas del corazón.

Y además que pasó en el día de San Valentín, que es un día de mucho amor, o eso dicen en los anuncios y en los escaparates. Habrá quien no se acuerde, pero yo me acuerdo, y perfectamente, de que no gustó mucho en algunos ambientes que al Cordobés lo hicieran quinto Califa, porque algunos decían que su estilo, que si lo del salto de la rana y demás cosas, como que no pegaba mucho con los otros que habían sido Califas del toreo, y hablo de oídas, que yo de esto entiendo lo mismo que de pelar ovejas.

La cosa es que no fue una alegría para todo el mundo, pero como dice ese dicho de los años, parece que lo curan todo, como le pasa hasta al vino malo, y el otro día no fue más que felicidad y abrazos, pero de los muy grandes.

Y que Cayetano y yo tuvimos la suerte de verlo en persona, porque eso es casi historia ya, sobre todo porque se abrazó con su hijo Manuel Díaz, también el Cordobés, con el que llegó a los tribunales porque decía que no era su hijo. Por eso y por el aniversario, la verdad es que el acto estuvo la mar de emocionante, que tengo que reconocer que hasta estuve a punto de que se me cayera una lagrimilla, y es que yo soy muy fácil para esas cosas, como ustedes bien saben.

Al que me alegró mucho ver fue a Chiquilín, que sigue igual el hombre, que ya hacía tiempo que no lo veía. Anda que no tuvo su nombre y su renombre cuando fue novillero, con aquellos encierros con Finito, que llenaron los Califas como no se recuerda desde entonces. Y del barrio, como El Pireo, de Santa Marina de toda la vida, el otro día tuve la oportunidad de saludarlo.

Todavía había quien seguía hablando del nuevo partido que perdimos el sábado contra los chavales de Raúl, el del Real Madrid. Pues yo sigo siendo optimista, a pesar de los últimos resultados, y sigo confiando en este equipo, que no puede ser que pasemos de ser los mejores del mundo a los peores en tan poco espacio de tiempo, que eso así no funciona. Así que a seguir teniendo calma, que lo que podemos hacer peor es perder los papeles y dejarnos llevar por la mala racha, que seguro acaba siendo eso y nada más. Que un resfriado lo tiene hasta el tío más sano.

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