Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
Desde la ribera
APENAS ha pasado una semana del vuelco electoral en Galicia y el País Vasco y el eco de sus resultados resuena cada vez con mayor fuerza. La victoria de Alberto Núñez Feijóo en tierras gallegaas y el buen resultado de Antonio Basagoiti en las vascongadas -dos hombres de Mariano Rajoy- han dado al partido y, sobre todo, a su líder un oxígeno con el que no contaban hace tansólo un mes. Rajoy se apunta en su casa su primera victoria clara ante Zapatero y en Euskadi se convierte en la bisagra indispensable para que los socialistas lleguen al poder mientras éstos intentan digerir unos resultados pésimos en Galicia y peor de lo previsto en tierras vascas. La tierra de Pepiño Blanco le ha dado un sopapo a dos manos al gallego, que llevaba un mes metido por esos lares y fue el primero en salir corriendo de allí una vez vista la derrota. Fea actitud de quien luego está llamado a tirarle de las orejas a los demás. En fin, no diremos eso de que las ratas... para no ofender. Y, mientras, en el País Vasco Patxi López digiere un triunfo que abre la puerta a un más que necesario cambio histórico pero que coloca a su líder en una difícil tesitura en Madrid. Se juega Zapatero la estabilidad de su Gobierno si le da la patada en el norte al PNV, que ya ha amenazado con devolver la moneda en Madrid multiplicada por dos.
Y es que en Madrid se le pone fea la cosa a Zapatero. La crisis comienza a pasar factura, el desgaste del Ejecutivo es más que evidente y las voces que reclaman una renovación antes de las europeas desde el seno del propio PSOE son cada vez mayores. No es que las presiones vayan a achantar al presidente del Gobierno, algunos de cuyos ministros afirman que desayuna carne cruda por la mañana cuando quieren explicar el modo en el que aquél actúa a la hora de tomar decisiones. Pero sí es más que probable que se vea abocado a dar un golpe de timón si no quiere que le arrastre la marea de rechazo que le está sembrando la recesión. Dicen que entre los más partidarios de la crisis de Gobienro está Rubalcaba, harto de Interior y ansioso por tomar el mando de un ejecutivo en el que ya no pone orden ni Fernández de la Vega. Él se apuntaría a una vicepresidencia -quizás única- que fuera acompañada de la portacía y sus compañeros de partido saben bien que a día de hoy pocos hay en el PSOE con la capacidad de comunicación y convicción que el bueno de Alfredo. Con María Teresa saldrían Solbes, Sebastián, Magdalena y puede que alguno más. Todo sea por reflotar un Gobierno a la deriva y un partido desnortado.
Por cierto que aún hay quien pone a Magdalena en Andalucía recogiendo los trastos de Chaves. No suena eso muy claro, pero ya lo hablaremos otro día.
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