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En aquel tiempo dijo Enrique Tierno Galván a sus discípulos: "En verdad os digo que voy a escribir un bando". En aquel tiempo de la Transición, ahora tan denostado por los cachorrillos del poder, en las alcaldías y los ministerios había algunos catedráticos. Entre los ministros andaluces de Adolfo Suárez, estaban Manuel Clavero Arévalo y Jaime García Añoveros, dos de los más prestigiosos catedráticos de la Universidad de Sevilla. En el PSOE, en el PCE, en AP, en los principales partidos, incluso en CiU, el PNV o el PSA, contaban con catedráticos y sus respetadas opiniones, aunque había políticos de otros perfiles. En cierto momento, se criticó al Gobierno de Felipe González, tachándolo de Gobierno de PNN.
Un PNN era un profesor no numerario. Un PNN era un profesor, que, de mayor, y tras muchos esfuerzos, quizá conseguiría una cátedra, o no. Algunos PNN se colocaron en los ministerios, las diputaciones, los ayuntamientos, etcétera. Pero hoy no sólo faltan catedráticos en el Gobierno que padecemos, por culpa del pacto de Pedro Sánchez con Unidas Podemos, sino que para los altos cargos han nombrado a colegas que no servirían ni para becarios.
Uno de los más claros ejemplos es el Ministerio de Igualdad. El currículum de la ministra, Irene Montero, es francamente mejorable. En estos días se habla mucho de las paridas que se le escaparon a la secretaria de Estado, una señora llamada Ángela Rodríguez Martínez, y conocida como Pam. Esta señora Pam tiene 33 años, es licenciada en Filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela. Después hizo un curso sobre Violencia de Género en la UNED y un máster en Arte Contemporáneo en la Universidad de Vigo. Es un curriculum de becaria, pero le ha ido mejor.
En 2015, con 26 años, se colocó en el Congreso de los Diputados, tras ser elegida en la lista de Unidas Podemos, que en Galicia se denominaba En Marea. A partir de ahí se ha dedicado a la Igualdad. Como secretaria de Estado sustituyó a Noelia Vera, una periodista gaditana, que se retiró de la política en 2021. Y ahí llegó Pam, que nunca ha trabajado en una empresa, pero cobra un sueldo de 119.566,08 euros anuales, como una burguesa rica.
¿El populismo de los indignados era eso? Ahora quieren comprar el voto de los jóvenes, con su plan para que los mayores de 18 años perciban hasta 1.400 euros a cambio de nada. En el Gobierno faltan catedráticos y sobran intrusos de medio pelo
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