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Rafael Sánchez Saus
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Punto de vista
Uno de mis hijos se empeña en que lea el libro de Yuval Noah Harari, que se titula Sapiens y dice contener una "breve historia de la Humanidad". No es tan breve porque hasta el epílogo contiene 456 páginas y en su contraportada dice, que "hace 100.000 años había al menos seis especies de humanos habitando la Tierra y hoy sólo queda una, la nuestra". El autor del libro es profesor de Historia en la Universidad hebrea de Jerusalén y ha escrito otros libros de su especialidad, que es la Historia Medieval y la Historia Militar. El libro que comento ha sido un éxito internacional, traducido a 30 idiomas y del que se han vendido más de 5 millones de ejemplares.
Tengo que realizar un difícil ejercicio de síntesis, si quiero reducir las 456 páginas al espacio que tengo asignado, pero lo voy a intentar. Lo que llama "la línea temporal de la Historia" comienza por "fijar los años antes del presente". Así, son 13.500 millones de años, cuando aparece la materia y la energía, se inicia la física y la química. 4.500 millones de años cuando se forma el planeta Tierra y así va fijando el número de años transcurridos. Por ejemplo 6 millones de años que pasan desde la última abuela común de humanos y chimpancés. 300.000 años del inicio del uso cotidiano del fuego, 200.000 de la aparición del Homo sapiens, 45.000 que han pasado desde que los sapiens colonizan Australia, 30.000 desde que se extinguen los neandertales y 13.000 años desde que el Homo sapiens es la única especie humana superviviente.
Dice el libro que los humanos tenían un cerebro de 200 centímetros cúbicos, mientras que los sapiens modernos tienen un promedio de 1.200 a 1.400 centímetros cúbicos y se pregunta el autor del libro por qué el género humano es el único de todo el reino animal que ha aparecido con esas enormes máquinas de pensar. Y otro rasgo humano singular es que andamos erectos sobre dos piernas, dejando libres las manos, con la que se pueden realizar tareas muy complicadas. Todo eso hizo del ser humano el animal más poderoso de la Tierra. La domesticación del fuego fue un paso muy importante, porque un fuego, cuidadosamente controlado, convertía espesuras intransitables, en praderas con abundante caza. Y además se empleó el fuego para cocinar y gracias a la cocción que mataba gérmenes y parásitos y reducía el tiempo para hace la digestión y con la domesticación del fuego, permitió que su uso fuera posible por las mujeres. Si les gusta el tema, habrá más ocasiones para seguir.
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