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Apenas faltan cuatro meses para las elecciones municipales. En Andalucía no coincidirán con las autonómicas, como en otras regiones. En Andalucía se consiguió que en las autonómicas sólo se hablara de Andalucía. Aunque, en los análisis, se buscó trascendencia nacional al éxito de Juanma Moreno. El PP presentó ayer en Cádiz a sus candidatos para las alcaldías de las capitales andaluzas. Los resultados que obtuvo Juanma dan esperanzas al PP para reconquistar alcaldías, entre ellas tres en las que tienen puesto especial interés: Sevilla y Granada, donde ahora gobierna el PSOE, y Cádiz, donde gobierna el populismo situado a la izquierda del PSOE. Para ello, en Cádiz van a contar con su presidente provincial, Bruno García, un Juanma a la gaditana. En Granada con la consejera Marifrán Carazo, y en Sevilla con José Luis Sanz, un político experto. La batalla de Sevilla puede ser la más reñida, porque el PSOE luchará para mantenerla con Antonio Muñoz.
El sueño del PP sería ganar en las ocho capitales, además de Jerez, Marbella, y no sé si también Dos Hermanas, un tradicional feudo socialista, aunque allí ya no se presenta Quico Toscano, que consiguió 10 mayorías absolutas. Es decir, hacerse fuerte en las capitales y municipios con más de 100.000 habitantes. Para ello debería mantener Málaga, con Francisco de la Torre, otro alcalde de toda la vida; Córdoba, con José María Bellido; y Almería, con María del Mar Vázquez, que asumió el reto de sustituir a Ramón Fernández Pacheco, fichado para la Junta. Y les quedaría el intento de reconquistar Huelva con Pilar Miranda y Jaén con José Agustín González. Sin olvidarnos de Jerez, donde María José García-Pelayo se vuelve a presentar.
Ganar en las capitales andaluzas reforzaría al PP en general (y a Juanma Moreno como líder) para gobernar en España. Pero está por ver hasta qué punto se valora el partidismo por encima del candidato. Las municipales son las elecciones menos políticas. Unas elecciones en las que personas de izquierda pueden votar a candidatos de derecha, y personas de derecha a candidatos de izquierda. Por su gestión, por su simpatía personal, por su amabilidad, porque es familiar o amigo, o por lo que sea. Son candidatos cercanos, "de la puerta de al lado", como diría el papa Francisco.
¿Qué pesará más? Es una de las claves. Estamos en un escenario abierto, en el que la marca del partido puede beneficiar o arruinar las ilusiones de los candidatos.
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