José Joaquín León

Nadia en el trampolín

Las dos orillas

Con tanto talento para las finanzas en los gobiernos, es sorprendente que sigamos entre los países con más paro

10 de diciembre 2023 - 00:45

Felicitemos a Nadia Calviño por su gran pelotazo, al ser elegida para presidir el Banco Europeo de Inversiones. Ya se sabe que cuadriplicará su sueldo y ganará 381.398 euros al año, lo mismo que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. Esto es así por ley, no por la cara. Y, además del sueldazo, ya no deberá aguantar a Pedro Sánchez en los Consejos de Ministros, ni poner cara de póker cuando la vicepresidenta Yolanda Díaz criticaba su política económica. Este nombramiento para presidir el BEI se ha presentado como un gran éxito de España, en general, y de Pedro Sánchez, en particular. Sin menospreciar los méritos del Gran Negociador, se debe decir que no es el primer alto cargo que consigue una buena colocación, después de estar en el Gobierno.

Eso sí, Nadia es la primera mujer progresista que sube al trampolín para dar el salto con tirabuzones. Los anteriores fueron caballeros. Ahí tenemos todavía a Luis de Guindos, que dirigió la política económica con el PP en tiempos de Mariano Rajoy, y que se colocó en el Banco Central Europeo como vicepresidente, donde el año pasado ganó 366.504 euros, un poco menos de lo que cobrará la señora Calviño.

Pero no olviden tampoco que Pedro Solbes fue comisario europeo de Asuntos Económicos, entre 1999 y 2004, cargo en el que le sucedió Joaquín Almunia, otro ilustre del PSOE. Solbes hizo el camino al revés, ya que José Luis Rodríguez Zapatero le nombró vicepresidente económico en 2004. Fue bien recibido incluso por los banqueros de verdad (los que no son progresistas, quiero decir), pero ahí cavaron su tumba política, tanto Zapatero como Solbes, pues llegó una gran crisis económica, una ruina, de la que no se enteraron.

Al menos no pasaron por la cárcel, como Rodrigo Rato, que ingresó en Soto del Real en 2018. Antes fue el alabado factótum de la política económica, como vicepresidente, con José María Aznar. Tanto prestigio obtuvo que fue nombrado director del Fondo Monetario Internacional, cargo que desempeñó entre 2004 y 2007. Después fue presidente de Caja Madrid y dirigió Bankia, con los resultados consabidos.

Así que Nadia Calviño prolonga la estela de lumbreras que hemos tenido al frente de la economía española. Con tanto talento para las finanzas en los gobiernos, es sorprendente que sigamos entre los países con más paro de Europa. Aunque los políticos de gran categoría se recolocan bien.

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