Brindis al sol
Alberto González Troyano
Los otros catalanes
La esquina
En su lucha desenfrenada con Vox por el tercer puesto de la clasificación electoral, Yolanda Díaz ha improvisado un programa que es un corta y pega de las conclusiones de los 35 grupos de trabajo que ella articuló para cimentar su candidatura mientras orillaba a Unidas Podemos y se echaba en brazos de Errejón. Tan improvisado que hasta contenía una disparatada propuesta para controlar al periodismo crítico, desechada al rato como un borrador irrelevante.
El programa de Sumar suma iniciativas reformistas razonables y de vocación social propias de una izquierda progresista sin remilgos con un rosario de brindis al sol, sin memoria económica, cálculo de costes o medios de pago, lo que le resta credibilidad y solvencia. Lo mismo vende que construirá dos millones de viviendas baratas en diez años (dos legislaturas y media) que regala doscientos euros al mes por cada hijo hasta los 18 años. No se apuren por el plazo: a los 18 años cada español tendrá derecho a una herencia universal de 20.000 euros para ayudarle en su proyecto vital o formativo. También habrá un bono de 1.000 euros para los hipotecados a tipo variable.
La herencia universal es una medida puramente reaccionaria. Por universal: daría dinero público a quienes lo necesitan para emprender, pero también a los hijos de familias ricas, pudientes y de clase media. Tampoco parecen haber pensado los cerebros de Sumar en cómo afectaría a las pequeñas empresas y los autónomos –la mayoría del tejido empresarial– la oferta de reducir la jornada laboral a 32 horas semanales sin bajar el salario. Para conciliar y que la gente tenga más tiempo libre y sea más feliz, claro. ¡Quién puede negarse a eso!
Como dijo el otro, ¿y todo esto quién lo paga? Ahí se alude vagamente a una reforma fiscal progresiva y al mantenimiento de los impuestos extraordinarios a la banca y las energéticas que ni de lejos cubrirían estos nuevos gastos. Se promete, pues, el oro y el moro precisamente cuando se revela que España acumula una deuda que es ya la cuarta más elevada de Europa –el punto negro de la mejora de la economía, junto al enquistamiento de la pobreza– y Alemania prepara presupuestos de estabilidad y contención.
Menos relevante es la inevitable sección cursi del proyecto Yolanda: el teléfono de atención a hombres en crisis que les ayudará a buscar alternativas no violentas a la frustración y la Vicepresidencia de Feminismos y Economía de los Cuidados, que si no es ella será Elizabeth Duval, activista del mundo trans formada en la Sorbona. 23 años.
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