Brindis al sol
Alberto González Troyano
Los otros catalanes
Las dos orillas
DESPUÉS de las elecciones del 1 de marzo ha quedado claro que el País Vasco es diferente del resto de España. Quizá no tanto como para ser un Estado Libre Asociado, según pretendía Ibarretxe, pero sí un sitio rarísimo, donde ocurren cosas que en España son imposibles, como que pacten socialistas y populares, en aras del bien común. En este caso se trata de retirar del poder al señor Ibarretxe, el del Estado Libre Asociado, sin hacer caso a las amenazas del PNV, un partido con el que el PSOE ha pactado para la política que afecta al resto de España.
"Me importa lo vasco y mucho menos lo de las calles Ferraz y Génova". Esta frase la pronunció ayer un político vasco, pero no fue uno de la ilegalizada Batasuna, ni mucho menos Iñigo Urkullu, el presidente del PNV, un partido que ha apoyado a los inquilinos de Ferraz o Génova, según los casos; ni siquiera lo dijo el mismísimo Ibarretxe, al que le queda más perdida la política madrileña. Esta frase lapidaria es de Antonio Basagoiti, el presidente del PP vasco. Se imaginan que Javier Arenas dijera "me importa lo andaluz y mucho menos lo de las calles Ferraz y Génova". Pues según Basagoiti, "es más importante un pacto por el cambio que el señor Pepiño Blanco y el señor Rajoy estén todo el día criticándose".
Es evidente la importancia general de retirar del poder a Ibarretxe y darle un descanso al PNV para que no se crean inmortales en el poder. Pero ante este ejemplo de sentido común que prometen Patxi López y Antonio Basagoiti en el País Vasco, incluso poniéndolo por encima de las políticas de sus partidos en el Gobierno central y la oposición, cabe plantearse: ¿por qué allí sí y en otros lugares no? ¿Por qué el PSC del cordobés Montilla es tan distinto del PSE de Patxi y juega a ser casi más independentista que ERC en Cataluña, mientras en el País Vasco pasan por españolistas y están dispuestos a todo, con tal de retirar del poder al PNV?
Y más aún, ¿por qué esa voluntad de acuerdo, en aras de un objetivo común importante, no se ha extendido a otras cuestiones de Estado? ¿Por qué no hay un pacto de PSOE y PP por la educación, por la inmigración, por la Justicia? ¿Por qué no hay un pacto de PSOE y PP para no ampliar el aborto, con medidas aberrantes, cuando no viene a cuento, tan sólo para irritar a una parte de la sociedad española y presumir de un falso progresismo, sin valorar el coste social y humano? ¿Por qué ese acuerdo que se ha alcanzado con tanta facilidad en el País Vasco, donde también se enfrentaron por la negociación con ETA, es imposible para apuntalar al Estado de Derecho en el resto de España?
El País Vasco es diferente. Probablemente, Sabino Arana también existió, y hasta tenía una parte de razón.
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