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NUESTRO gran río, el Guadalquivir, une a dos preciosas capitales de Andalucía, Sevilla y Córdoba. Según el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía (Instituto de Estadística de Andalucía), la capital hispalense, y de Andalucía, cuenta con 703.206 habitantes, y la capital cordobesa ha alcanzado ya una población de 328.428. Entre las dos capitales andaluzas superan, pues, el millón de habitantes, una octava parte de la población andaluza.
Ambas ciudades cuentan en su haber colectivo con un protagonismo histórico muy importante en los últimos dos milenios en nuestra tierra andaluza, y con un patrimonio histórico y artístico de un valor universal. La Mezquita, la Giralda, Madinat Al-Zahra, la Torre del Oro, la Judería cordobesa, la Catedral de Sevilla, el Alcázar de Córdoba, o los Reales Alcázares de Sevilla, no son sino elementos patrimoniales que manifiestan en el presente lo que estas dos ciudades ribereñas de nuestro gran río han sido y han significado en el pasado.
En el presente, ambas ciudades están comunicadas de manera estratégica, incluida la primera línea de alta velocidad que se construyó en España, desde 1992, año en que se celebró la exposición universal de Sevilla. Ambas ciudades reciben anualmente una ingente cantidad de visitantes, debido a ese valioso patrimonio histórico, cultural y turístico que atesoran nuestras dos joyas del Guadalquivir. Esta fortaleza del esquema de desarrollo de ambas ciudades es a su vez una oportunidad para colaboraciones futuras y creación de nuevas sinergias, de nuevos elementos potenciales de desarrollo comunes en materia turística y cultural. En el caso de Córdoba, además, con una candidatura en pleno desarrollo hacia la consecución de la nominación como Ciudad Europea de la Cultural para el año 2016.
Desde el punto de vista institucional y político, las dos ciudades están gobernadas desde hace años por esquemas de gobierno local de coalición de las principales fuerzas políticas de la izquierda andaluza, es decir, Partido Socialista e Izquierda Unida. Ambas capitales son lo más llamativo de los pactos andaluces entres ambas fuerzas políticas, con alcalde socialista en Sevilla y alcalde de Izquierda Unida en Córdoba. Con señas de identidad de apuesta por la sostenibilidad y movilidad como es la potenciación del carril bici (muy desarrollada en Sevilla en los últimos años), la apuesta por un tejido importante de empresas públicas para la gestión de los principales servicios estratégicos, como son el caso de los residuos, el transporte público o el agua: Lipasam (Sevilla)-Sadeco (Córdoba), Tussam (Sevilla)-Aucorsa (Córdoba), Emasesa (Sevilla)-Emacsa (Córdoba), o la puesta en marcha de organismos locales para el fomento del empleo y el emprendimiento.
En los últimos días de mayo de 2011 se van a celebrar de nuevo elecciones municipales. En Sevilla y Córdoba estrenan candidatos tanto el Partido Socialista como Izquierda Unida. Juan Espadas, colega y amigo, y por el que siento gran afecto y respeto, es el candidato socialista a la alcaldía de Sevilla, y Andrés Ocaña, actual alcalde de Córdoba, que será el candidato cordobés de Izquierda Unida, con el que tuve la oportunidad de colaborar en el consejo de administración en la empresa pública Sadeco. En el caso de Sevilla, también creo muy interesante que mi compañera de Paralelo 36 Andalucía, Pilar González, candidata del Partido Andalucista, logre acta de concejal y pueda colaborar en el gobierno de Sevilla.
Confío en que en las dos ciudades se configuren futuros gobiernos que refuercen la apuesta por modelos de gestión local basados en el urbanismo equilibrado, en modelos de desarrollo que tengan en cuenta a los débiles y a los que sufren el desempleo, en modelos de intervención social públicos, en definitiva, para que desarrollen en sus ayuntamientos políticas de progreso y de avance social y medioambiental.
Nací en una pequeña localidad del Valle de Los Pedroches (norte de Andalucía, tierra de frontera), vivo en la ciudad de Córdoba desde los trece años, y me encanta Sevilla, ciudad que visito a menudo, razones que me han animado a escribir esta tribuna, en la que en definitiva vengo a proponer que se desarrolle un eje de progreso y desarrollo sostenible entre Sevilla y Córdoba, que nuestro gran río Guadalquivir una y no separe, que nuestras buenas comunicaciones sean un factor para proyectos de desarrollo comunes, que generen empleo y prosperidad para la ciudadanía de ambas capitales, y que constituyan un modelo para el resto de Andalucía.
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