Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
Eiste pasado viernes leí a una responsable política (quién y de qué Administración es lo de menos, porque en esto son muy parecidos todos). En realidad, medio leí. A las pocas líneas me pasé al horóscopo que, en estos tiempos de incertidumbre, me resulta más fiable. Declaraba -la política en cuestión- que estaban tensos por el asunto este de los rebrotes y pedía colaboración ciudadana. Si todos colaboramos, dejarán de estar tensos.
La cosa no debería ir así. Más bien al revés. Los ciudadanos tensos y los gobernantes destensando. ¿No se podía prever lo que nos está ocurriendo? ¿Qué fue de aquello de contemplar tres escenarios, el bueno, el regular y el malo? ¿No era imaginable que en cuanto nos desecalaramos y apareciera el primer infectado nos contagiaba a todos?
Falta una semana para los exámenes de septiembre, las clases y algo más para la Universidad. La educación lleva cerrada desde el viernes 12 de marzo, no se entiende la falta de tiempo para pensar en la vuelta y los posibles escenarios. Ahora estaríamos tal vez igual de tensos pero no desorientados, que en realidad es lo que parece querer decir.
¿Tendré que llevar a mi hijo a las clases de la Universidad para que no entre a presión en uno de esos autobuses que, tradicionalmente, van atestados? ¿Se ampliará el servicio para asegurar una cierta distancia dentro? Porque, claro, es una irresponsabilidad que vayan a un botellón a la playa, pero de lo más normal que, para ir a clase, se metan en una botella con forma de autobús dos veces al día. Ya se verá.
A padres desconcertados y profesores alarmados se unen los que entran y salen de los ERTE que en alguna de esas entradas no vuelven a salir. En demasiados casos coinciden padre y afectado por ERTE. Preocupación sobre preocupación. Se fueron prorrogando de poquito en poquito y a finales de junio nos enzarzamos en si hasta septiembre o hasta diciembre. Así, discutiendo lo accesorio y olvidando lo principal. Pues se tendrán que prorrogar hasta el 30 de diciembre (y después otra vez, ya verán). Pudo haberse establecido desde el principio con un horizonte temporal amplio, que proporcionara esa seguridad y confianza tan necesaria para la economía. Pero llevamos 16 decretos leyes dando vueltas al tema.
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