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Los efectos positivos de la vacuna contra el coronavirus están demostrados y son evidentes, sobre todo en lugares donde esta enfermedad ha golpeado fuerte durante 2020. Es el caso de las residencias de mayores y sociosanitarias, espacios que acogen a población vulnerable frente al coronavirus. Del miedo, la incertidumbre y, en muchos casos, la muerte, han pasado a tener una relativa normalidad en la que prácticamente no se está dando ningún contagio. Hay usuarios que llevaban casi un año sin ver a sus familias y sin salir a la calle, protegidos en unas fortalezas que, por desgracia, no han sido inexpugnables para el SARS-CoV-2.
La llegada de la vacuna lo cambió todo para ellos, de forma que al cabo de los meses se han flexibilizado las medidas y se han abierto las puertas -siempre de forma controlada- tanto para que los residentes salgan a la calle como para que los familiares puedan entrar de visita.
Estos centros son el reflejo más veraz de que la vacuna contra el covid-19 funciona. Tan solo en la provincia de Córdoba, 315 mayores que vivían en residencias han muerto desde el comienzo de la pandemia. La mayor parte de ellos fallecieron en la primera y la segunda ola. La tercera, por suerte, les pilló recién vacunados. Es más, según los datos de la Junta, desde el 26 de febrero y hasta ahora solo se han registrado dos víctimas mortales y, seguramente, hablemos de personas que llevaban tiempo hospitalizadas.
Ahora más que nunca hay que creer en la vacuna y en la ciencia porque cuando el estado de alarma acabe nos enfrentaremos a una nueva etapa en la que aún no sabemos si se van a poder decretar restricciones ni de qué tipo. Esto puede suponer un vacío que traiga consigo la relajación de la población con respecto a evitar contagios, sobre todo en reuniones familiares y de amigos.
Ya lo dijo el consejero de Salud de la Junta el pasado sábado después de vacunarse con Astrazeneca: los meses de mayo y junio van a ser "complicados", por lo que pidió "mucha prudencia". Al parecer, en el primer fin de semana de apertura interprovincial en Andalucía no se ha dado esa moderación, al menos en Córdoba, según han denunciado la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara y la propia Hostecor. No es la primera vez que pasa que al abrir la mano, parte de la ciudadanía se relaja en exceso. Por eso, la única solución para que conductas irresponsables no hagan que demos marcha atrás es la vacuna.
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