Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
Envío
Si Vox fuera un partido progre, hoy coparía los titulares de toda la prensa, sin importar matiz. Todos los medios encontrarían algo o mucho que resaltar en la lista presentada por Abascal para su candidatura a la presidencia del partido. En primer lugar, para los más sesudos y analíticos, la constatación de que la tan cacareada crisis, si es que existió, se ha resuelto ejemplarmente, sin sangre en las alfombras, integrando a los presuntos disidentes, dando voz a las ya muy importantes estructuras territoriales. No ha habido ni siquiera atisbos de esa candidatura alternativa a la de Abascal con la que se relamían algunos medios, y si pudo llegar a plantearse –que parece que no–, todo se ha resuelto con una discreción que ya quisieran otros partidos, reputados de más flemáticos y equilibrados, en sus líos.
Otros periódicos, más atentos a lo llamativo, no hubieran dejado de señalar lo insólito en España de que un negro –no creo que a Ignacio Garriga le agradara que le llamaran “hombre de color”– sea el vicepresidente, y a la vez secretario general, del tercer partido de España. Quizá el negro con más relevancia pública que haya habido nunca en la política española. Y encima catalán, lo que no está nada mal en un partido acusado de racista y anticatalán. Él y Buxadé hacen el dúo de catalanes con más poder en cualquier partido nacional español. Para colmo, Vox está dirigido por un vasco, circunstancia rarísima en la política española, en la que sólo el socialista Almunia alcanzó fugazmente ese rango. ¿Creen que alguien ha valorado eso?
¿Y qué decir de la pléyade de mujeres aupadas al Comité Ejecutivo Nacional? Ocho para diecisiete puestos, casi el 50% sin ansias de paridad, mientras que en el del PP apenas llegan al 25%. Debiera reconocerse que no está nada mal, siendo un partido al que se tiene por antifeminista militante.
¿Qué pasa, cómo es posible que todo esto se oculte a la sagacidad de tanto periodista? ¿Va a tener razón el veterano Paco Rubiales, gran conocedor del tinglado mediático? Desde “Voto en Blanco” avisa: “Vox ha sido infiltrado, vapuleado, denigrado y dividido. Se le han creado conflictos internos y externos y se han estimulado, desde otros partidos, deserciones, traiciones y dramas […] Un océano de medios de comunicación están en contra de Vox, empujados por los partidos que los compran”. No ser progre es duro en España.
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