
La ciudad y los días
Carlos Colón
Tercer mundo sobre raíles
La ciudad y los días
Primera hipótesis (provisional) sobre el apagón: el desembarco telecinquero de La familia de la tele en la 1 de RTVE, además de una vergüenza, es gafe. El tan anunciado desfile inaugural para presentar el programa (hasta reivindicando como precedentes familiares en TVE La familia Telerín o La casa de los Martínez… ¡sin resignificarlos!) iba a tener lugar el martes 22. Y se murió el Papa. Cancelación. Se aplazó al lunes 28. Y España se apagó. Cancelación. Algo pasa. Quizás es que de sus tumbas yuxtapuestas en el cementerio civil de Madrid salieron los fantasmas de Francisco Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossío, Alberto Jiménez Fraud, Fernando de Castro y Gumersindo de Azcárate, ilustres krausistas, reformadores educativos, inspiradores de la Institución Libre de Enseñanza y las Misiones Pedagógicas, que anticiparon las políticas culturales de la Segunda República como militantes o simpatizantes independientes (Fernando de Castro, por ejemplo, fue sacerdote) del PSOE. Quizás sus nobles calaveras no pudieron soportar que, bajo mandato socialista, la antes llamada telebasura desembarcara en la televisión pública.
No digo yo que mataran al Papa, por supuesto. Eso fue una casualidad. Pero que se repitiera al lunes siguiente da que pensar. ¿Y si el apagón fue obra de estos ilustres fantasmas que, hartos de coles, salieron de sus tumbas al son de Una noche en el Monte Pelado de Mussorgsky, la Marcha fúnebre por una marioneta de Gounod, En la gruta del rey de la montaña de Grieg o, por obvias simpatías, la mozartiana Música para un funeral masónico, para impedir por segunda vez el desfile y la emisión inaugural del programa? No solo aquellos institucionistas y socialistas históricos, todo el que conserve la vergüenza debería abochornarse de esta apostasía de los ideales educativos y culturales que hicieron tan digno de admiración a su partido.
En su artículo El PSOE cultural –entradilla: “Hoy los españoles seremos testigos del estreno de un nuevo formato de telebasura en la televisión pública”– (El País, 28-4-2025), Diego S. Garrocho, profesor de Filosofía Moral de la UAM, escribe: “Felipe nutrió la bodeguilla de Moncloa, Zapatero atrajo a los artistas de la ceja, y Sánchez nos ha hecho pagar el Sálvame 2.0. Pocas cosas evidencian más la mutación cultural del PSOE que su apuesta por la telebasura”. Nada que añadir.
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