Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
En tránsito
Bulos, bulos, bulos. Vivimos rodeados de bulos, sepultados por los bulos. Fíjense en lo que ocurrió el otro día con nuestro invicto caudillo Sánchez. Cualquier persona de limpia conciencia progresista sabe que los futbolistas de la selección no sólo admiran a nuestro caudillo, sino que en la recepción con motivo de la victoria en la Eurocopa todos ellos le expresaron su afecto y su devoción incondicional. Es un hecho evidente –hasta un tonto lo sabe– que todos los jugadores acudieron a la Moncloa luciendo vistosas escarapelas con el lema “Yo también voto a Pedro Sánchez”. Y todos sabemos que algunos jugadores –todos sabemos quiénes son– también lucían camisetas con la efigie del sonriente caudillo y donde se podía leer claramente el lema: “No al lawfare a Begoña” (bueno, una de las camisetas decía laufer en vez de lawfare, pero ¿a quién demonios le importa?). Todo eso es innegable. Y los futbolistas de la selección no sólo abrazaron emocionados al caudillo, sino que gritaron todos a una “¡Yo voto y votaré siempre a Pedro Sánchez!”. Incluso hubo alguno que quiso besarle los zapatos, a la manera de lo que hacen los súbditos marroquíes cuando son recibidos en audiencia por su rey, también príncipe de los creyentes y comendador de la fe. ¿Y qué menos podemos hacer los creyentes en el progreso y en la diversidad y en la plurinacionalidad? Pues eso.
Pero ahora viene lo bueno, amigos, porque todos sabemos a ciencia cierta cómo han ocurrido las cosas, pero luego, ¿qué es lo que hemos visto en la televisión y qué es lo que hemos leído en los periódicos y en los tabloides? Pues qué va a ser sino la habitual cascada de bulos contra nuestro invicto caudillo. Se nos ha hecho creer –bulo, bulo, bulo– que Dani Carvajal le hizo la cobra a nuestro caudillo y que más tarde la selección coreó “Gibraltar español” cuando lo que corearon todos en la Cibeles –cualquiera que estuviera allí lo sabe– fue un exultante “¡Hay que votar a Pedro Sánchez! ¡Viva el caudillo!”. ¿Cómo es posible que se puedan alterar los hechos de forma tan vergonzosa? ¿Cómo es posible que se puedan propalar estos bulos insidiosos contra nuestro amado líder? Por tanto, es imprescindible acallar a todos esos miserables fabricantes de bulos. Hay que silenciarlos, aplastarlos, destruirlos. ¡Y que viva por siempre nuestro invicto caudillo!
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