Carlos Colón

Los dos Calvo Sotelo

La ciudad y los días

13 de febrero 2025 - 03:07

Aveces todos los que mantienen posiciones enfrentadas tienen algo de razón. Sucede con el colegio sevillano Calvo Sotelo. Algo de razón tienen quienes, Ley de Memoria Histórica en mano, quieren que se le devuelva su antiguo nombre de Grupo Escolar Huerto de los Granados con el que debía llamarse cuando fue planificado en 1935, inaugurándose en 1937 con el nombre del político que fue ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera, líder de Renovación Española y diputado durante la Segunda República, participante en los movimientos pre golpistas y mártir oficial de la dictadura tras ser asesinado por La Motorizada de los socialistas y el guardaespaldas de Indalecio Prieto.

Algo de razón tienen quienes han decidido llamarle Presidente Calvo Sotelo, con lo que el político de Renovación Española pasa a ser el que fue figura importante de la Transición, vicepresidente del primer gobierno de nuestra recién nacida democracia que posteriormente presidió. Durante su mandato se produjo la incorporación a la OTAN y se sentaron las bases del posterior ingreso en la Comunidad Económica Europea bajo mandato de Felipe González. Fue durante la votación de su investidura cuando se produjo el intento de golpe de Tejero. Tuvo cargos importantes durante el franquismo, incluso procurador en Cortes, siempre ligados a su formación como ingeniero. Pero la grandeza de la Transición reside en que, salvo González, muchos tenían un pasado vinculado a la dictadura franquista o a las comunistas. Y lograron entenderse interpretando el sentir mayoritario.

Y hasta algo de razón, aunque menos, tienen quienes no querrían cambiarle el nombre porque Calvo Sotelo fue asesinado –siendo diputado electo, no se olvide– cinco días antes del golpe del 18 de julio. Tan asesinado como lo fue el 12 de julio el teniente de Asalto José del Castillo, por requetés según unos historiadores o por falangistas según otros, instructor de las militarizadas Juventudes Socialistas. Y si Calvo Sotelo fue, por así decir, pre golpista, también lo fue Largo Caballero en sentido revolucionario (“Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”, El socialista, 1933). ¿Y si dejamos que sigan trabajando los historiadores en vez de convertir la historia en arma política?

stats