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Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
La Gloria de San Agustín
Yo no me canso de repetirlo, porque es verdad, no hace tanto la Velá de la Fuensanta era una fiesta de las grandes, de las muy grandes, que había quien la llamaba la feria de septiembre, que hasta le echaba un pulso a la de mayo, y quien lo haya vivido sabe que no estoy exagerando. Yo me lo pasaba muy bien de nene, y me lo sigo pasando bien ahora, aunque de distinta manera.
La historia del caimán de la Fuensanta es de las cosas más cordobesas que tenemos, pero tela, que yo desde niño la llevo escuchando. Y de nene también me compraban mis padres una campanilla de barro, que luego curiosamente desaparecía, seguro para que no estuviera dando la matraca en mi casa todo el rato. O lo mismo es que me regalaban todos los años la misma campanilla, que también puede ser, para qué voy a decir lo contrario, que en mi casa no ha sobrado nunca nada.
Aunque fuera un día, mis padres siempre iban a la Velá, y yo creo que lo hacía media Córdoba o más. Eso ya no es así, que le preguntas a muchos chavales, y hasta cuarentones, y no saben de lo que estamos hablando y por tanto no han ido en su vida. Es que las modas son así, lo queramos o no, y los cordobeses somos muy de modas, y eso es tal cual lo estoy diciendo. Ya llevamos dos días yendo, que a Soraya también le gusta esta fiesta una barbaridad, y hoy nos despedimos, que es el día grande. Este año ha coincidido con domingo y nos quedamos sin festivo. No pasa nada, que el año que viene encaja de lujo. Y ya está.
Hablando de modas, a principios de verano se habló mucho de los cines de verano, que no iba a abrir ninguno y aquello apuntaba a tragedia. Luego abrieron unos cuantos, haciendo un esfuerzo grande, y ahora resulta que no ha ido tanto la gente como se esperaba. Vamos, que se ha ido muy poco, y ya están diciendo que el año que viene no abren, porque no les renta hacerlo. En fin, que somos como somos, y cuando nos da por una cosa somos unos hartibles, pero cuando las abandonamos somos temibles, porque nos olvidamos de todo, y no sé si me estoy explicando, que yo creo que sí.
Ya son más de 16.000 abonados del Córdoba, del fútbol parece que de momento no nos estamos cansando, aunque el lunes pasado nos metieron una buena en campo del Elche. Y más que el resultado, lo que me preocupó es la imagen que dimos, como si no supiéramos todavía en la división en la que estamos. Pronto deberíamos aprender eso, que luego empiezan los nervios y ya sabemos todos lo que pasa, porque más de una vez nos ha pasado. Esperemos que no pase.
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