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LA alcaldesa, Rosa Aguilar, es una madre para toda la Corporación. Cuando preside las sesiones plenarias ejerce con autoridad y solvencia su misión regulando los tiempos de intervención, evitando que se interrumpa a quien está en el uso de la palabra y procurando que los debates no se salgan de tono. Ayer, por ejemplo, mandó silencio tanto en los bancos de la oposición como en los del gobierno municipal, lo que siempre se obedece con rigor. Frente a esta faceta de gorra de plato, Aguilar tiene otra entrañable, incluso divertida que desplegó ayer cuando el popular Rafael Jaén hablaba del descenso de patios que cada año se presentan a concurso. Esto, como era de esperar, puso de los nervios al edil de Ferias y Festejos, Marcelino Ferrero, quien rebatió los datos. Tan sofocado se puso que la regidora le cortó y dijo: "Sabemos que la doctora le ha dejado estupendo, pero, por favor, ahora tranquilidad y sosiego". Eso es cuidar a los suyos.
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