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Una sociedad que sabe por tradición qué representa la Virgen del Carmen es más culta que una sociedad que lo ignore. Se creyó que la religión era un lastre de superstición y que, liberada de él, la sociedad ascendería como un globo a los cielos de la Ilustración. Pero, al menos para las mayorías en estos tiempos neoelitistas, parece que la realidad lo desmiente. Frente a la imbecilidad global, la festividad de hoy tiende puentes que sobrevuelan siglos.
Puentes van de los cantos más populares -"En el arco de la Macarena / la rueda de un carro a un niño pilló / y su madre, triste y afligida, / el escapulario del Carmen le echó"- al esplendor del Dixit Dominus que Händel compuso para las vísperas carmelitas celebradas en 1707 en Santa Maria in Monte Santo de la romana Piazza del Popolo. Puentes que van de los populares azulejos en los que la Virgen del Carmen se representa rescatando almas del purgatorio, como el de Omnium Sanctorum, o en su realeza, como en el dieciochesco de San Andrés o el bellísimo del compás de San Antonio Abad, a la espléndida Inmaculada Carmelitana de Juan de Mesa del convento de Las Teresas. Puentes que van de la imagen del Carmen más antigua conocida, el icono de la Madonna Bruna de la Basílica del Carmine Maggiore de Nápoles, a la moderna de Barbero que preside el Buen Suceso sustituyendo la excepcional de Duque Cornejo destruida en el incendio intencionado de 1931.
Puentes que van del siglo IX a. C., cuando Elías, para reconducir a los israelitas y derrotar al Baal de los paganos, clamó en el monte Carmelo "respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú eres Dios y vuelva a ti su corazón", a los cultos que hoy se celebran en miles de iglesias de todo el mundo. Puentes que van de los eremitas judíos que desde los tiempos de Elías y Eliseo vivían en el monte Carmelo a los cristianos que allí eligieron esa vida en el siglo XII dando origen a la Orden del Carmen, como se recoge en las Constituciones carmelitas de 1281: "Dando testimonio de la verdad, declaramos que desde el tiempo en que los profetas Elías y Eliseo vivieron devotamente en Monte Carmelo, nosotros, sus seguidores, servimos al Señor en diversas partes del mundo hasta el día de hoy".
Porque un 16 de julio de 1251 la Virgen dio a San Simón Stock el escapulario carmelitano, hoy es el día de la Virgen del Carmen, una devoción con una raíz de 30 siglos.
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