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Para empezar Alemania-Escocia –Kroos, otra vez de blanco–; 200.000 escoceses en Munich para ver –los que no hayan llegado ciegos como piojos– a un equipo infame; Witz, the first; Carvajal se estrena en una Euro y marca –es su año–; en la delantera, un negro y dos moratas –que le den las sales a Buxadé–; Croacia va perdiendo 3-0 y Rivero dice que tiene una “ventaja desfavorable” –en RTVE ya hablan todos como la coalición de Gobierno–; Albania, el gol más rápido de la historia de la Eurocopa –24 segundos–; Foden con el chicle; Milinkovic, el serbio nacido en Orense; Mbappé le teme a los extremos, los defensas ya no le temen a él; Lukaku falla hasta de suplente; la camiseta de Francia, con las rayas y el pollito pío, parece el pijama de verano del hijo de Griezmann; Hungría-Alemania, la final del Mundial del 54 –Orban en el palco y Orbán en el césped–; Nico Williams retira a De Lorenzo; Cucurella tiene nombre de Fiat; Pepe hace el enésimo partido de su vida –con 41 años–; el deísmo de Carlos Marchena; Austria, primera en el grupo de la muerte; Ericksen, el resucitado; el campanudo Alberto García, que pide al pivote “encontrar en diagonal a interior de carril” y luego dice “contra más”; un equipo en el que la figura es Federico Chiesa bastante tiene con llegar a octavos; el gol de un turco calvo, esa anomalía; Schmeichel: vi debutar al padre y estoy a punto de ver retirarse al hijo; Stones y Rice parecen salidos del casting de Carros de Fuego; Vero Boquete, un descubrimiento; Bellingham, en el 95: puro Real Madrid; las lágrimas de Cristiano; el show de Diogo Costa; Nico y Lamine: Oliver y Benji; el hijo de Hagi con un condón en la cabeza; Países Bajos es a Holanda lo que Menphis Depay a Marco Van Basten; austrohúngaros y otomanos: fútbol imperial; Kroos quiere morir matando; Rivero homenajea a José Ángel de la Casa con un gallo descomunal; la pancarta en el Suiza-Inglaterra: “Heidi es mejor que Sherlock”; Shaqiri, gordo de peña; la mitad de los blues no se saben el himno; España-Francia: la televisión pone las cámaras en la Tribuna Baja –el Allianz Arena parece El Toralín–; ¡Lamine Yamal! –¡lavín, chaval!, que diría un granaíno–; el narrador de la 1: “Broncano ya es de todos” –como La Roja–; tengo que entregar el artículo, así que no sé quién ganará la final: lo que sí sé es que Gibraltar está en juego.
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