Gregorio Luri: para salvar la escuela

La ciudad y los días

03 de septiembre 2024 - 03:07

Gregorio Luri ha recorrido todos los grados de la enseñanza. Estudió Magisterio, primero, licenciándose después en Ciencias de la Educación y doctorándose en Filosofía. Ha sido maestro de Primaria y profesor de Bachillerato y universitario. Sabe de lo que habla por sus conocimientos teóricos y prácticos, como ha demostrado en sus libros El valor del esfuerzo, Mejor educados. El arte de educar con sentido común, La escuela no es un parque de atracciones y el recién editado Prohibido repetir. Una propuesta apasionada para salvar la escuela (Ed. Rosamerón).

En él vuelve a defender la importancia de la memoria “como el residuo de la experiencia y el conocimiento sin el que no hay aprendizaje”. En su artículo Vindicación de la memoria Luri recordaba esta anécdota: le preguntó a un profesor que presumía de haber desarrollado un sistema de aprendizaje no memorístico si sus alumnos aprendían. “¡Mucho!”, le contestó. “Y si lo que aprenden no lo guardan en la memoria, ¿dónde lo guardan?”, le replicó.

En Elogio de la transmisión (Siruela), un diálogo apasionado y apasionante entre el anciano maestro George Steiner y Cécile Ladjali, una joven profesora de literatura de un liceo de la periferia de París “empecinada en la lucha contra la amnesia planificada de muchos de los actuales sistemas educativos”, decía el gran pensador: “Lamento que no se aprenda nada de memoria. Aprender de memoria significa, en primer lugar, trabajar con un texto de una forma absolutamente excepcional. (…) En segundo lugar, nadie será capaz de arrebatárselo, por lo que constituye una de las grandes posibilidades de la libertad, de la resistencia. (...) No hay mejor equipaje para un niño que enseñarle los placeres de la memoria. Habiendo vivido en Francia durante la ocupación nazi, puedo decirles que la memoria es lo único que los bastardos de siempre no te pueden quitar. (…) Lamentablemente, nuestra escuela hoy está basada en la amnesia, nadie valoriza la memoria”.

Paradójicamente, nunca ha sido más importante la memoria como en la era en la que a través de las redes son tan accesibles los datos concretos en los ordenadores y los móviles. Porque para buscar hay que saber qué se busca. Y para saber qué se busca, e interpretar los datos hallados, es imprescindible tener conocimientos llave y guía adquiridos a través del estudio y la experiencia, atesorados y retenidos en la memoria.

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