Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
La esquina
Hace diez años que el Parlamento andaluz puso en marcha una comisión investigadora sobre el escándalo de los ERE, y once que la Justicia empezó a instruir diligencias sobre el mismo. Demasiado tiempo hasta la fijación de las responsabilidades penales más relevantes, demasiado tiempo anticipando y alargando la condena de los culpables aun antes de ser sentenciados. Antes de serlo.
Este retraso (dilación indebida, se dice en otros casos) es una de las razones que hacen viable la concesión del indulto que la familia de José Antonio Griñán va a solicitar para el ex presidente a fin de evitar su ingreso en prisión. Otra razón se basa en que la Sala del Supremo que estudió el recurso contra la sentencia condenatoria de la Audiencia de Sevilla lo desestimó por tres votos contra dos, lo cual no deslegitima en absoluto el fallo, pero introduce alguna duda acerca de su solidez y justeza. Tampoco el magistrado del TS que instruyó la causa cuando Griñán era senador encontró motivos para procesarle por malversación, que es lo que ahora puede conducirle a la cárcel (y al término de su vida, como él mismo confesó).
Los argumentos que emplearán la mujer y el hijo de Griñán cuando pidan el indulto me parecen incontestables: la trayectoria vital del ex presidente en defensa de la democracia y el hecho comprobado de que nunca se lucró personalmente en su prolongado servicio público. Su lucro, como el de todo el Partido Socialista, fue político: crearon una red clientelar. Los argumentos que llegan del PSOE, por el contrario, no se sostienen. Si dicen que con Griñán "pagan justos por pecadores", señalan indirectamente con el dedo acusador a los otros condenados a prisión junto a Griñán. ¿Son los consejeros y viceconsejeros pecadores, lo es Manuel Chaves? Va a resultar que el único culpable de la corrupción fue Francisco Javier Guerrero, director general de Empleo, que ya no puede defenderse porque murió entre juicio y juicio?
El indulto a Griñán llegará, sin duda, por motivos humanitarios (por su edad y porque su permanencia en libertad no supone ningún riesgo para la sociedad) y porque sería escandaloso que se lo denegara el Gobierno que indultó a los líderes independentistas catalanes que desafiaron la Constitución y se jactaron de que lo volverían a hacer. Que ponga pegas el PP, el partido que perdió el poder por corrupto y nunca ha pedido perdón por los delitos de algunos de sus dirigentes más importantes sólo reflejará su sectarismo y oportunismo.
El problema es, repito, ¿qué pasa si los otros condenados por los ERE piden también el indulto?
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