Lecciones de Ana Blandiana

La ciudad y los días

26 de octubre 2024 - 03:06

Ana Blandiana, la escritora rumana que recibió ayer el Princesa de Asturias de las Letras, es hija de un sacerdote ortodoxo víctima del régimen comunista. “Cuando predicaba –recuerda–, la iglesia estaba llena. Yo era una niña, no sé si sus comentarios contenían insinuaciones políticas, pero tiendo a pensar que el mero hecho de citar la Biblia e invocar nociones morales podía resultar subversivo y hacer que la gente se uniera a él, lo cual molestaba. Lo detenían, lo ponían en libertad, lo arrestaban, lo golpeaban, lo acosaban. La última vez lo condenaron a seis años. Murió a los 49, pocos meses después de la apertura de las cárceles en 1964. Para mí supuso el conocimiento directo de las formas de represión”.

La publicación de su primer poema en 1959 y ser hija de “un enemigo del pueblo” le supuso la prohibición de estudiar en la universidad. Pese a ello decidió vivir en Rumanía dedicándose a la literatura –en palabras del jurado– en “una rebeldía sublime que la llevó durante años a vivir como una exiliada dentro de su propio país”.

La huella religiosa y testimonial de su padre es perceptible en su obra: “El misterio de la poesía y el de la fe están hechos de la misma sustancia, hasta el punto de que para mí la poesía es casi siempre una forma de hablar con Dios. Del mismo modo, el no sentirme nunca sola es prueba evidente de su existencia. La poesía como expresión de lo inexpresable es un camino hacia un mundo más allá del entendimiento”.

Desde 1994 es miembro fundador y presidenta de la Fundación La Alianza Cívica, cuyo propósito es “afrontar la memoria de más de cincuenta años de comunismo en el país”. Los españoles deberíamos tomar nota de lo que ha contestado al ser preguntada por la memoria democrática: “En general, me siento muy asombrada de como en los países del Este en los últimos 20 años se ha hablado libremente: la verdad se ha visto desde todos los ángulos. Es un análisis más radical que el que ustedes hacen de su pasado. La Guerra Civil en España tiene una gran relación con el comunismo. El bien y el mal no están solamente en un lado, sino en los dos. Mi sentimiento es que ustedes miran a la Guerra Civil diciendo que, por una parte, están los fascistas y, por otra, los buenos. Pero es mucho más que eso, porque en la parte buena estaba la URSS, y la URSS nunca fue buena. Causó muchísimas víctimas”. Espero que Urtasun no le retire el premio.

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