Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Todo lo que era sagrado
El balcón
Pablo Motos cree que tiene la exclusiva de las motos. Es un chiste malo, disculpen. El Hormiguero impidió el jueves que Broncano entrevistase en La Revuelta al reciente campeón del mundo de Moto GP, Jorge Martín, que estaba ya en el camerino, listo para entrar en el plató. No es una anécdota; hay muchos Motos y muchas motos en la vida corriente. A botepronto, que un programa de televisión vete a un invitado en otro programa de la competencia invita a pensar que el citado campeón tiene muy poca personalidad o un contrato leonino. Lo único que se sabe es que A3 Media tiene contratada la retransmisión en España del mundial de motociclismo.
El fichaje de David Broncano por TVE fue tormentoso; le costó el puesto al director de contenidos de la cadena pública y a la directora general en funciones. Circularon todo tipo de chismes: que si era muy caro, que si era un capricho de Pedro Sánchez, que si querían acabar con Pablo Motos… Lo cierto es que ha resultado un éxito; hace un programa desenfadado, divertido, aunque a algunos les resulta demasiado desinhibido. Y muchos días gana en audiencia a El Hormiguero de Motos, rey y señor de esa franja horaria durante años, que tenía la exclusiva nacional a la hora de promocionar discos, novelas, películas o espectáculos varios en esas horas de máxima audiencia.
Aquí también actúan las dos Españas. El director presentador de El Hormiguero es muy crítico con el presidente del Gobierno. Sería un buen ejemplo de la España que se mira al espejo y se dice a sí misma que es liberal, que está a favor de todas las libertades. De todas, menos quizá de la libertad de competencia. Broncano explicó en antena lo que había pasado esta semana y los vetos desde hace años, cuando su espacio estaba en Movistar+. Finalmente, rellenó el tiempo de la fallida entrevista con un montaje sobre animales, titulado la berrea del ciervo. Aves o fieras carroñeras, ciervos de muchos cuernos y canciones alusivas, que casi empataron a un hormiguero en el que estaba Hugh Grant como invitado.
La espuela la ha puesto mi colega Pablo Bujalance en Twitter/X. En la prensa local, pasa: “Más de cuatro con los que había concertado entrevistas me las cancelaron porque otros medios habían presionado; querían la exclusiva bajo amenaza de no volver a hacerles caso. La competencia desleal es común”. En El Hormiguero han dicho que fue un malentendido. Era más elegante aquello del cine negro: no ha sido nada personal, sólo un asunto de negocios.
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