Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
La ciudad y los días
Hace una semana el portavoz del Gobierno andaluz dijo que "si los rebrotes se contienen como se están conteniendo hasta ahora", la Junta prepara una vuelta al colegio "segura" y presencial coordinando los trabajos de las consejerías de Salud, Educación y la comunidad educativa. Anteayer insistió en que, visto que la pandemia "evoluciona de forma favorable" aquí, y si la situación no empeora, "lo más lógico y razonable" es una vuelta al colegio presencial… Añadiendo, eso sí, que hasta días antes no se sabrá "a ciencia cierta cómo se va a adaptar todo". Lo que no deja de resultar preocupante porque, en un escenario complicado, "días antes" sería poco, muy poco tiempo para adaptarlo todo.
Esta situación de indeterminación, imprevisión y duda no es solo cosa de la Junta, sino de todas las autonomías y del desahogado Gobierno de la nación (según la ministra de Política Territorial y Función Pública, la Conferencia de Presidentes para tratar esta cuestión se celebrará a finales de agosto por lo que las pautas para la vuelta al colegio sólo se fijarán dos semanas antes del inicio de curso). Todos parecen andar a tientas en esta cuestión tan grave (porque afecta a la salud), tan seria (porque afecta a la educación) y de tanta repercusión social y económica (porque afecta a la inmensa mayoría de familias cuyos trabajos les impiden hacerse cargo de los niños). Las clases presenciales no solo son necesarias para la educación y socialización de los escolares, también para la conciliación de la vida profesional y familiar de sus papás. De ahí la presión para que sean posibles y este agónico esperar al último minuto. Lo imperdonable sería que no estuviésemos preparados para afrontar lo peor. En algunos países, como Reino Unido, se ha priorizado la apertura de los colegios como prioridad nacional, por encima de la hostelería o el ocio. No parece nuestro caso.
Entre los expertos se da la habitual y desconcertante división de opiniones. Desde el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades se nos dice que, si se aplican las medidas de distancia social e higiene, "es poco probable que las escuelas sean entornos de propagación más efectivos que otros espacios laborales o de ocio", mientras para sus colegas de Corea del Sur la reapertura de las escuelas propagará los brotes. Con los expertos está sucediendo como con los médicos del refrán: "Uno cura, dos dudan y tres, muerte segura".
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