Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
El comentario
LA operación Griñán ha cerrado su círculo, y aquellos profetas que hace un año anunciaban su venida -bien es cierto que muy bajito- han ganado. Zarrías ha perdido. Es así: él y su delfín, el consejero de Innovación, Francisco Vallejo, salen del Gobierno. Y además vuelve Mar Moreno, que no se lleva muy bien con éstos a pesar de ser también de Jaén. Lo de Moreno ha sido un empeño personal de Griñán, pero también un guiño a Rodríguez Zapatero, el hombre de la vista aguda. Salen reforzados claramente Luis Pizarro, que desde Gobernación será el hombre que se encargue de cohesionarle el partido, y Martín Soler, que dirigirá la todopoderosa Consejería de Innovación. Griñán no es un hombre del aparato del PSOE, pero conoce bien todas sus entrañas, así que ha contestado con bastante determinación a este déficit. Con su actuación de ayer en el Parlamento, donde convirtió a Javier Arenas en el mejor nostálgico de Manuel Chaves, ha ganado liderazgo, y parece que le ha dado fuerzas para llegar hasta dónde él quería. Al grupo parlamentario que buscaba con bastante esfuerzo los momentos para aplaudir a Manuel Chaves le sobraron motivos ayer para jalear a José Antonio Griñán. El nuevo presidente coloca a su equipo de Economía en puestos claves del nuevo Gobierno, con lo que refuerza la gestión. Antonio Ávila, en Presidencia, y Carmen Martínez Aguayo, en Economía, dan bastante seguridad a un Ejecutivo en tiempos de crisis. La mayor parte del resto de consejeros ha sido confirmado en sus puestos, pero Griñán ha querido dar una lección de tremendo calado político por si alguien dudaba de su astucia en estos asuntos. El ofrecimiento de una consejería a la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, es una operación sorprendente y ya se verá si redonda. Griñán, que es parlamentario por esta provincia, resolvió uno de los mayores embrollos de esta ciudad: la salida de Miguel Castillejo de Cajasur. Ahora abre una salida a Rosa Aguilar en IU. Ya lo había intentado Manuel Chaves, pero ella se negó; hacía mucho tiempo que la alcaldesa se sentía incómoda en su formación pero no se atrevía a dar el paso. Aguilar es una de las políticas mejor valoradas de Andalucía y supone, además, un puente de entendimiento entre los socialistas e IU y sus electores, lo que representa un seguro de futuro para Griñán para las elecciones de 2012. Pero esto superaría el ámbito andaluz, esto huele operación nacional.
También te puede interesar
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
La esquina
José Aguilar
Feijóo falla en el peor momento
Notas al margen
David Fernández
Juanma Moreno se adentra en las tripas del SAS
Crónicas levantiscas
España, camino de ser un Estado judicial
Lo último