Brindis al sol
Alberto González Troyano
Los otros catalanes
La ciudad y los días
Si El Pali tuvo la ocurrencia de “más pavías de bacalao y menos misiles”, Sánchez lo ha superado afirmando que “España será mejor con más automóviles eléctricos y autobuses públicos y menos Lamborghinis”. Cualquier día, en estas comparecencias sin periodistas preguntones que tanto le gustan, aparecerá apernacado en una silla puesta al revés, dicho sea sin faltar el respeto a Paco Palacios. La práctica continuada del populismo cutre puede producir transformaciones imprevisibles.
Tras atizar la fobia contra toda la derecha, tiznándola con el franquismo e igualándola a los populismos xenófobos, se atiza la fobia contra los ricos en ese proceso de deglución de la izquierda populista con la que cogobierna. Las palabras de Sánchez, en este contexto de plutofobia (odio a la riqueza, palabra no reconocida por la RAE que sí admite aporofobia u odio a pobreza), me recuerdan dos escenas de Doctor Zhivago. En una Victor Ipolitovich Komarovsky está cenando con Lara en un restaurante de lujo mientras desde la calle se oye el eco de La Internacional cantada por la famélica legión. Se hace un silencio incómodo hasta que Komarovsky dice: “cantarán más afinados después de la revolución”. Y todos aplauden, se ríen y brindan mientras vuelve a sonar la orquesta. En la otra escena Yuri, al volver de la guerra civil, se encuentra la mansión familiar convertida en una comuna. “Aquí había espacio para 13 familias”, le dice la poco amigable comisaria al mando después de someterlo a un interrogatorio.
Dos días antes de estas palabras de Sánchez el ministro de Economía había dicho que los Falcon “no son aviones del año pasado con todo lujo de comodidades. Están obsoletos… Para viajes largos, por ejemplo, ni siquiera puedes echar el respaldo por completo hacia atrás”. Y dos días después se publicaba: “El Gobierno de Pedro Sánchez tiene en nómina 778 altos cargos, el mayor número en democracia, y 117 más que los que mantenía en los últimos seis meses de su mandato Mariano Rajoy. Sumados estos efectivos a los contratados como asesores –personal eventual– la cifra se eleva a 1.573. Su coste medio ronda los 82.000 euros netos por cabeza. El gasto destinado a estos colectivos superó en 2023 los 133,6 millones, 36 más que los desembolsados en 2018” (The Objective). No lo duden: España será mejor sin los 34 Lamborghinis de los 671.551 coches matriculados en lo que llevamos de 2024.
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