El mundo de ayer
Rafael Castaño
Tener un alma
La colmena
Si algo hemos aprendido en los seis intensos años de liderazgo de Pedro Sánchez es que no hay nada escrito, que las hojas de ruta no son inamovibles y que, cuando hablamos de improvisación, queremos decir astuta planificación. Más que contradicciones, adaptación camaleónica y resiliencia. De eso va el concierto catalán (bautícenlo como quieran pero Cataluña, de momento, gana), de eso va el anuncio del Congreso Federal en otoño en Sevilla (tan simbólico como estratégico) y de eso irá lo que decida sobre el relevo (o no) de Juan Espadas al frente de los socialistas andaluces.
No olvidemos que lo más interesante en política, siempre, no es lo que se cuenta (el relato) sino lo que se calla y da oxígeno para maniobrar. Por eso no debería sorprendernos escuchar a ministros desligar las decisiones de partido de la acción de Gobierno (quien está en el poder tiene la batuta del reloj electoral y a nadie se le ocurriría realizar una convocatoria de ‘todo o nada’ sin tener su casa bien ordenada) y por eso cuesta tanto empatizar con Juan Espadas cuando amaga en el rol de crítico y nos dice que su futuro “lo decidirá la militancia y no Pedro Sánchez”.
En el horizonte político del exalcalde de Sevilla hay dos exámenes ya convocados: el congreso regional a comienzos de 2025 y las elecciones autonómicas de 2026 (ahí decide Juanma Moreno pero, si no hay razones en Madrid para adelantar, mucho menos en San Telmo).
Juan Espadas se ve como candidato y con posibilidades de recuperar la Junta. Es legítimo y hasta obligado. Pero imaginemos que, en estos momentos, en Ferraz se esté cociendo un paisaje alternativo. Con la marcha de la ministra Teresa Ribera a Bruselas habrá crisis de gobierno (está por ver la envergadura) y habrá opciones de tocar piezas. Con un solo movimiento, la marcha de Espadas a Madrid (patada hacia arriba), el tablero andaluz ya estaría completamente despejado. Con y sin primarias.
A nivel interno, María Jesús Montero no deja de desmarcarse, Susana Díaz dice que esa carta ya la jugó y empiezan a sonar nombres de posibles alternativas como la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada. ¿Globo sonda? En todo caso, si cualquiera de estos nombres saliera a competir, ¿Juan Espadas seguiría siendo ‘el candidato’? Vayamos un poco más allá con una pregunta mucho más incómoda: ¿Juan Espadas tiene realmente el liderazgo?
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